Sergei Naryshkin advierte que «Rusia no se detendrá» y que los ucranianos tienen por delante «un destino muy triste»

Los halcones del Kremlin están crecidos ante las noticias que apuntan al bloqueo de la ayuda militar occidental a Ucrania.

Con unas fuerzas ucranianas a la defensiva y con un stock de municiones cada vez más exiguo, los sectores más duros y ultranacionalistas del gobierno ruso han recuperado su retórica en la que llamaban a eliminar Ucrania y anexionar su territorio a la Federación Rusa.

Sergei Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), aseguró que el gobierno ruso rechazará cualquier tipo de acuerdo de paz que no implique la destrucción total del Estado ucraniano y su erradicación.

Según señala el Institute for the Study of War (ISW), las palabras de Naryshkin indican que Rusia necesita una derrota total de Ucrania, hasta su desaparición, para justificar el altísimo coste, en vidas humanas y económico, en la guerra.

Naryshkin realizó esas declaraciones durante una entrevista en televisión, donde aseguró que los ucranianos tienen por delante «un destino muy triste», ya que «Rusia no se detendrá» en su objetivo de erradicar la soberanía y la integridad territorial ucraniana.

Lo curioso es que Naryshkin ya había repetido el mismo mensaje el día antes, el 27 de enero, durante la inauguración de un monumento a las víctimas del nazismo en Leningrado: «Rusia no se detendrá a medio camino», declaró.

Según el ISW, esa coincidencia de mensajes indicaría que los altos funcionarios rusos están empleando una retórica aprobada por el Kremlin para subrayar que Rusia no negociará ningún acuerdo que ponga fin a la guerra.

Según el ISW, Naryshkin es uno de los ideólogos de la argumentación para justificar la invasión a Ucrania.

A él se le debe, por ejemplo, la identificación del gobierno ucraniano con el nazismo, o los desmentidos –hasta pocos días antes de iniciar la guerra– de la información publicada en Occidente sobre la inminencia de la invasión rusa.