Son diferentes para hombres y mujeres y exigen una importante cantidad de destrezas y esfuerzos físicos.

Nadia Comaneci

(Bucarest, Rumania, 1961) Gimnasta rumana, nacionalizada estadounidense. Descubierta por quien acabaría siendo su entrenador, Bela Karolyi, cuando tenía sólo seis años de edad, empezó a obtener sus primeras victorias en categorías juveniles en 1970. En 1974 ya era campeona mundial juvenil.

En la categoría absoluta, en su primera actuación en competición internacional durante los Campeonatos de Europa celebrados en Skien (Noruega), en 1975, demostró sus excepcionales cualidades, pues superó con cuatro victorias individuales a la rusa Lyudmila Turishcheva, pentacampeona de Europa. En 1976 triunfó en Nueva York, donde, además de hacerse con la victoria en la Copa América, se convirtió en la primera mujer que realizaba el dificilísimo doble mortal de espaldas en la salida de su ejercicio de asimétricas.

Fue, sin embargo, en los Juegos Olímpicos de Montreal (1976) donde se reveló como una auténtico prodigio de la gimnasia: obtuvo siete máximas puntuaciones (10) y las medallas de oro en las disciplinas de paralelas asimétricas y de barra de equilibrio, así como en la general individual. Sus gráciles vuelos la convirtieron en una popularísima figura del deporte, y en su país fue recibida como una heroína nacional.

Tras unos años de irregulares resultados en competición, que no le impidieron ganar el Campenato del Mundo de Estrasburgo (1978), obtuvo dos nuevas medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Moscú (1980), en suelo y barra de equilibrio, y el segundo puesto en la general individual.

En 1984 se retiró de la competición activa para convertirse en entrenadora del equipo rumano, primero, y del canadiense, después. En 1989 se instaló en Estados Unidos, donde siete años más tarde contrajo matrimonio con el gimnasta estadounidense Bart Conner.

Los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928 son una bisagra en la historia de la gimnasia artística. La decisión de incorporar atletas femeninas potenció la aparición de grandes talentos en diferentes disciplinas. Estados Unidos, Rusia, China y Japón estuvieron siempre a la vanguardia, pero la especialidad empezó a despertar interés en muchísimos más países del mundo. La destreza de los gimnastas (pensemos en prodigios como Simone Biles o Kohei Uchimura, por ejemplo) suele propiciar espectáculos asombrosos, basta con repasar las hazañas de muchos de ellos en Juegos Olímpicos o Mundiales en una rápida búsqueda en YouTube.

Además del hito de 1928, otro año importante para la gimnasia artística fue 1952: en los Juegos Olímpicos de Helsinki se perfilaron las pruebas que perduran hasta hoy, más orientadas a la faceta deportiva y coreográfica que a la atlética, y aparecieron por primera vez los equipos de seis gimnastas.

Más allá de la exhibición olímpica, la máxima competición de la disciplina es el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística, organizado desde 1903 por la Federación Internacional de Gimnasia (FIG). Vale la pena aclarar que la participación femenina arrancó en 1934.

También existe la Copa del Mundo de Gimnasia Artística, que tuvo su primera edición en 1975 y cambió su modalidad de disputa en 2009, aplicando un criterio de competición por etapas en distintas categorías y con suma de puntos a lo largo de períodos prolongados.

Las modalidades de gimnasia artística femenina

La gimnasia artística femenina presenta cuatro modalidades principales: barras asimétricas, barra de equilibrio, suelo y salto de potro.

Barras asimétricas: Las barras están dispuestas de manera asimétrica en altura y distancia, lo que les permite a los gimnastas realizar una variedad de movimientos y acrobacias. La rutina incluye transiciones espectaculares entre las dos barras, giros, balanceos, cambios de agarre, salto y un aterrizaje elegante sobre una colchoneta.

Barra de equilibrio: En esta modalidad, también conocido como viga, las gimnastas deben realizar movimientos acrobáticos, gimnásticos y de danza en una barra de un metro de ancho. Para sumar puntuación cuentan con exigencias muy concretas: al menos dos elementos de vuelo, un giro sobre una pierna de por lo menos 360 grados y un salto de gran amplitud, por citar algunas de las más relevantes. Se llevan a cabo movimientos de equilibrio estático (pararse sobre un pie) y dinámico (el flic-flac, como se denomina usualmente al salto hacia atrás) y diferentes acrobacias que deben estar encadenados armónicamente.

Suelo: Esta categoría es una de las más populares y se lleva a cabo con música, incluyendo elementos de danza además de las habilidades acrobáticas y gimnásticas. En un área de 12 x 12 metros hay suficiente espacio para un gran despliegue físico que permite a los gimnastas mostrar su fuerza, su flexibilidad, su agilidad y sus habilidades acrobáticas.

Salto de potro: Se practica con un aparato conocido como caballo, caballete o potro y es una de las modalidades que exige mayor esfuerzo físico. Hay diferentes tipos de saltos, pero todos arrancan con una carrerilla acelerada y siguen con el despegue desde el trampolín (conocido como “batida”), el breve contacto con el caballete y la pirueta antes del aterrizaje, que debe ser lo más controlado y firme posible. El salto debe realizarse con los dos pies juntos y las manos tienen que apoyar simultáneamente sobre el potro, con una caída a más de dos metros de este caballete. El número de mortales y giros realizados por la gimnasta determinan la dificultad del salto.

Las modalidades de gimnasia artística masculina

La gimnasia artística masculina presenta seis modalidades principales, dos más que la femenina.

Anillas: La prueba consta de una serie de ejercicios de fuerza, balanceo y equilibrio que además deben armonizarse en una buena coreografía. Cuanto menos tiemble la estructura de la que penden las anillas, mejor será la puntuación de la ejecución del gimnasta. Es el aparato de la gimnasia artística que exige más uso de fuerza física: cuelgan a 2,75 m del suelo y la distancia entre ellas es de 50 cm.

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Barra fija: La rutina, básicamente acrobática, incluye giros, sueltas, retomas y piruetas en un proceso fluido que siempre se vuelve muy vistoso y que se realiza sin parones. En esta modalidad, la fuerza, los movimientos de impulso y el equilibrio toman protagonismo.

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Caballo con arcos: Se realiza en un aparato compuesto por un lomo elevado sobre el que van ensamblados dos arcos transversales que se asemejan a las manijas fijas de una puerta. Una serie típica del caballo con arcos se basa en el movimiento circular de las piernas ( los “molinos”) y en otros más pendulares conocidos como “tijeras”. Los movimientos deben ejecutarse sin interrupciones y sin que las piernas toquen el aparato. Los brazos son un soporte determinante.

Barras paralelas: En dos barras de 3,5 metros colocadas en paralelo a 1,75 m de altura y separadas por una distancia que oscila entre los 42 y los 52 cm, el gimnasta debe llevar a cabo ejercicios de equilibrio (giros, paradas de manos) y de fuerza.

Salto de potro: Esta modalidad es similar a la especialidad femenina pero con un caballete o potro con más altura (1,35 m).

Suelo: Se llevan a cabo movimientos acrobáticos y gimnásticos, identificados previamente en la nota de partida, durante un tiempo que no debe exceder los 70 segundos.