Cada 12 de marzo tiene lugar el Día Mundial del Glaucoma, una enfermedad que lesiona al nervio óptico del ojo y es una de las principales causas de ceguera junto con la diabetes. La Dra. Valeria El Haj, explica qué es esta enfermedad y cómo es posible detectarla a tiempo.
El Día Mundial del Glaucoma tiene el fin de concientizar a la población mundial sobre las enfermedades oculares progresivas que dañan la visión y, en casos severos, pueden causar la pérdida permanente de la misma.
El glaucoma es una condición neurodegenerativa que afecta el nervio óptico. Generalmente se produce debido a la acumulación de líquido en la parte frontal del ojo, lo que provoca un aumento de la presión y daños en las fibras nerviosas. Esta enfermedad es una de las principales causas de ceguera, junto con la diabetes.
El ojo produce de forma continua un líquido conocido como humor acuoso que se drena para evitar su acumulación y mantener una presión intraocular estable. Sin embargo, cuando este proceso de drenaje se ve alterado, el líquido se acumula, aumentando la presión intraocular y provocando daños en el nervio óptico.
“Si bien se trata de una enfermedad incurable, si es detectada a tiempo puede disminuir su avance y asegurar que la persona pueda conservar su visión”, señala la Dra. Valeria el Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
Existen dos variantes principales de glaucoma:
– Glaucoma de ángulo abierto: esta variante es la más frecuente y se caracteriza por una acumulación gradual del humor acuoso, lo que resulta en una presión intraocular elevada. A menudo, esta condición no causa síntomas evidentes ni afecta la visión en las etapas iniciales.
– Glaucoma de ángulo estrecho: En este caso, el ángulo de drenaje se bloquea por completo, lo que lleva a un aumento repentino de la presión ocular y puede desencadenar un ataque agudo. Es considerada una emergencia oftalmológica y requiere atención médica inmediata para evitar daños en la visión.
Cuáles son los signos que deben alertar a buscar atención médica de manera inmediata, ya que podrían indicar un posible ataque agudo de glaucoma de ángulo estrecho:
– Visión borrosa.
– Dolor de cabeza.
– Dolor ocular intenso.
– Visión de anillos o aureolas alrededor de las luces.
Algunos factores que aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad:
– Ser mayor de 40 años.
– Padecer patologías congénitas.
– Haber recibido tratamiento con corticoides por períodos prolongados.
– Tener antecedentes familiares de glaucoma o ceguera de origen desconocido.
“Incluso aunque existan factores predisponentes, el glaucoma es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona en cualquier momento”, agrega El Haj.
¿Cómo prevenir la pérdida de visión por glaucoma?
Dado que el glaucoma a menudo no presenta síntomas evidentes, la prevención de la pérdida de visión por esta enfermedad se basa en realizar controles regulares de la presión intraocular, al menos una vez al año. Si durante el examen anual se detecta un aumento en la presión, el médico puede recomendar un tratamiento adecuado, como el uso de gotas oftálmicas o cirugía. Estos controles periódicos son esenciales para detectar tempranamente el glaucoma y garantizar un tratamiento efectivo que mejore la calidad de vida.