• En pocos meses, Argentina se ha convertido en un obstáculo para la integración latinoamericana y se desacopla del orden alternativo propuesto por los BRICS y de la voz crítica de la región contra Israel

Unos días después de ganar las elecciones presidenciales de Argentina, Javier Milei ratificó en una fugaz visita a Washington la compra de 24 cazas F-16 estadounidenses. Descartaba la alternativa china, el avión JF-17 Thunder, la favorita de la vicepresidenta saliente, Cristina Fernández de Kirchner. La compra, oficializada en abril, no señalizaba un mero cambio de mecánico, sino toda una reorientación de la política internacional argentina. A finales de 2023, Milei ya había manifestado que el país no se incorporaría a los BRICS, el bloque que disputa la hegemonía del dólar en el mundo. Milei comunicó a los gobiernos de China, India, Brasil, Rusia y Sudáfrica (fundadores de los BRICS) que renunciaba al ingreso en el club, ya que la política exterior de su Ejecutivo “difiere en muchos aspectos de la del Gobierno precedente”. 

El reciente cambio de embajador en Brasilia redondea el giro geopolítico argentino. El nombramiento de Daniel Raimondi, hasta entonces representante ante la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, es todo un síntoma del enfriamiento de las relaciones bilaterales entre ambos países. Desde el triunfo de Milei, el Gobierno brasileño echa mano del pragmatismo y elogia la supuesta “normalidad diplomática” entre ambos países. “La relación bilateral es de tal profundidad que debe ser capaz de resistir a cualquier alteración de gobierno de un país o de otro”, aseguraba a finales de 2023 Julio Bitelli, embajador de Brasil en Argentina, a la BBC. 

Sin embargo, el inicio del Gobierno de Milei ha confirmado los peores temores de Brasilia. Si en los primeros meses de 2023 Lula acopló el swingde Brasil al agitado tango de la política argentina, la llegada de Milei dinamitó cualquier posibilidad de baile conjunto. La fantasmagórica reunión del Mercosur celebrada en diciembre en Río de Janeiro sirve de metáfora: no acudieron ni el derrotado Sergio Massa ni Milei (que todavía no había sido investido) ni Fernando Haddad, ministro de Economía de Brasil. La reunión que Lula quería que sirviera para refrendar el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) concluyó deslucida. 

No obstante, el principal escollo provocado por la llegada al poder de Milei no tiene cariz económico, sino geopolítico. “La idea de fortalecer la integración brasileña en el mundo por medio de una integración latinoamericana va a ser muy difícil”, asegura Giorgio Romano Schutte, profesor de Relaciones Internacionales y Economía de la Universidad Federal del ABC (UFABC).

El consenso de Brasilia

Durante su primer mes de gobierno, Lula puso especial hincapié en deshacer el legado internacional de Jair Bolsonaro. La reincorporación de Brasil a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), abandonada por Bolsonaro, fue una clara apuesta por la integración latinoamericana. Por otro lado, el primer viaje oficial de Lula al exterior, con paradas en Uruguay y Argentina, tuvo como principal objetivo reforzar el Mercosur, bloque resentido también por el abandono bolsonarista. A principios de 2023, Lula defendía abiertamente la revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), con sede en Quito, fundada en 2008. 

“Bolsonaro abandonó la Celac, debilitándola, y la OEA, ganó centralidad”, dice a elDiario.es Leonardo Paz, investigador del Núcleo de Prospección e Inteligencia Internacional de la Fundación Getúlio Vargas (FGV). El eje Buenos Aires-Brasilia volvió a orbitar alrededor de Washington. “En realidad, los bloques regionales previos, especialmente la Unasur, comenzaron a entrar en colapso por un problema claro: la presencia de Venezuela”, afirma Leonardo Paz. 

Por ello, antes incluso del triunfo electoral de Milei, Brasil activó un plan B para la integración latinoamericana. Lula invitó el 30 de mayo de 2023 a los mandatarios regionales a una cumbre nueva, llamada el Consenso de Brasilia. La reunión pretendía “intercambiar puntos de vista y perspectivas para la cooperación y la integración de América del Sur”, con mención especial a los valores democráticos. Leonardo Paz considera que Milei no va a ser un aliado de Lula ni para reconstruir las instituciones regionales ni para proyectar el nuevo consenso de Brasilia. “La crisis financiera va a consumir la mayor parte de la atención de Milei. No va a dedicar mucho tiempo a la política externa. Cuando tienes gobiernos con alineamiento ideológico, las cosas andan, como ocurría con Lula y los Kirchner. Cuando tienes un desalineamiento ideológico, las cosas se estancan”, sostiene el investigador. 

Por otro lado, aunque Milei no cumpla su promesa electoral de salir del Mercosur, todo indica a que Argentina no facilitará acuerdos con Brasil, su principal socio comercial. El último informe del Indicador de Comercio Exterior(ICOMEX) de la FGV alerta sobre los riegos para el comercio bilateral entre ambos países, ya que “Argentina no deberá colaborar para facilitar acuerdos que procuren mejorar los canales de comercio de bienes y servicios en la región”. “Como ultraliberal, Milei no va a conversar con Lula sobre normas o reglas aduaneras, porque entiende que los entes privados van a hacer negocios”, matiza Paz. 

Triángulo sudamericano

La alineación de Argentina con Estados Unidos e Israel y su alejamiento de China está provocando ya un desplazamiento tectónico en Brasilia. En su análisis Milei obliga a Lula a repensar alianzas, la veterana periodista Janaína Figueiredo de O Globo explica cómo el deseo de Lula de relanzar la Unasur está siendo substituido por uno menos ambicioso: “Evitar que el Consenso de Brasilia muera antes de completar un año de vida”. “El triángulo entre Brasil, Colombia y Chile surge naturalmente como una de las pocas opciones de Lula para continuar construyendo con sus vecinos. La integración regional, pilar de la política externa de los dos primeros mandatos de Lula y del actual, está en riesgo”, escribe Figueiredo. 

El eje Buenos Aires-Brasilia está siendo sustituido por un triángulo. En abril, Lula se encontró con Gustavo Petro en Colombia, tras su visita a la Feria del Libro de Bogotá, en la que Brasil fue el país homenajeado. Por otro lado, el presidente brasileño irá este mes a Chile, país que está al mando de la próxima reunión del Consenso de Brasilia. El desafío de Santiago de Chile es máximo: organizar una cúpula en la que participen los presidentes de Venezuela y de Argentina, algo que no está garantizado. Fuentes diplomáticas de Brasil consideran a Milei un obstáculo para la integración latinoamericana. El presidente argentino llamó a Petro “comunista asesino”, lo que provocó que Colombia retirase temporalmente a su embajador de Buenos Aires.

Por otro lado, la postura argentina frente a la guerra de Gaza también desentona con el duro tono de Gustavo Petro, Gabriel Boric y Lula da Silva contra Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí. Siguiendo la estela de Donald Trump y de Jair Bolsonaro, Milei prometió en febrero trasladar la embajada argentina a Jerusalén, algo que tensaría la relación con el mundo árabe, gesto desaconsejado por la ONU (apenas cinco países tienen sede diplomática en dicha ciudad). Ya sea hecho consumado o apenas en un globo sonda narrativo, la embajada argentina en Jerusalén es ya una interferencia (una más) en el planeta Lula.

Carne, leche y yerba mate: las históricas caídas en el consumo de los argentinos (y cómo aumentaron las exportaciones de estos productos)

Los argentinos atraviesan lo que el propio gobierno ha definido como «el ajuste más grande de la historia» y uno de sus efectos más visibles es la caída en el consumo de tres de los alimentos más emblemáticos del país: la carne, la leche y la yerba mate.

Apenas llegó a la presidencia de Argentina, en diciembre pasado, el economista «libertario» Javier Milei prendió -metafóricamente- la famosa motosierra que había lucido en algunos de sus actos de campaña.

En sus primeros tres meses de gobierno redujo el gasto público en 13 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), achicando así de un saque el enorme déficit fiscal que arrastraba Argentina.

Según el gobierno, «no existe antecedente mundial» de un ajuste de esta magnitud en tan poco tiempo y la medida ha servido para reducir uno de los mayores flagelos que tiene el país: la inflación, que roza el 290% anual, la más alta del mundo.

En marzo, los precios cayeron por tercer mes consecutivo, y la mayoría de los pronósticos, tanto privados como oficiales, auguran que las cifras de abril mostrarán que la inflación volvió a bajar -muchos dicen que a un solo dígito por mes-, una señal de que las medidas del gobierno parecerían estar funcionando.

Pero la contracara es una fuertísima recesión, agravada por muchas de las medidas que tomó Milei, como la devaluación de la moneda a la mitad, la drástica reducción de la tasa de interés y, sobre todo, la contención de jubilaciones y salarios, que se han mantenido por debajo de la inflación.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que había anticipado que el país crecería un 2,8% en 2024, revirtió su pronóstico tras los anuncios del nuevo presidente, estimando que, en vez de eso, la economía argentina se contraerá un 2,8% este año (para luego crecer 5% el año que viene).

La desregulación de varios sectores económicos y el «sinceramiento de precios» que habían quedado rezagados durante los gobiernos kirchneristas hizo que los valores de muchos bienes y servicios se dispararan, estrujando aún más los bolsillos de los argentinos, que ya tenían uno de los salarios más bajos de América Latina.

Según un informe del Centro de Investigación y Formación de la Central de Trabajadores de la Argentina (Cifra-CTA), publicado en abril, el poder adquisitivo del salario mínimo cayó un tercio (34,1%) desde que asumió Milei.

Y el consumo masivo se desplomó.

En marzo, cayó por cuarto mes consecutivo, registrando una baja del 19% interanual, según la consultora Focus Market.

La señal más clara de esta crisis puede verse en la caída de las ventas de tres de los productos que más consumen los argentinos.

LECHE

Caída en el primer trimestre: 18,7% 

Producción de leche
Pie de foto, Millones de argentinos dejaron de consumir productos lácteos por la crisis. 

Como país ganadero, la leche y sus derivados -incluyendo el popular dulce de leche- no suelen faltar en la mesa de los argentinos.

Pero con el precio de la leche más que duplicando su valor en solo tres meses -aumentó un 123% entre diciembre y marzo, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (Indec)-, muchos simplemente debieron dejar de consumir lácteos como quesos, yogures y manteca.

Un informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), basado en datos del Panel de industrias lácteas, muestra que la caída en el volumen de venta de productos lácteos en el mercado interno fue del 18,7% en los primeros tres meses del año, comparado con el mismo período de 2023.

Paradójicamente, para los productores de leche, que llevaban muchos años en crisis, la situación en los últimos tiempos ha mejorado, gracias a las exportaciones de leche en polvo, el principal producto de exportación de esta industria, cuya cotización internacional supera los US$3.200 por tonelada.

Este valor ha hecho que el precio de referencia que reciben los ganaderos por su leche a nivel nacional aumente más del 300% interanual, según el OCLA, por encima del nivel de inflación (del 288%).

El organismo estimó que en el primer trimestre las exportaciones de lácteos aumentaron un 6,4% interanual en volumen, representando un 30% del total de leche producida en el país.

Si bien muchos empresarios lecheros ven con preocupación la crisis en el mercado local, una encuesta realizada en marzo por la asociación rural Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) mostró que la mayoría son optimistas sobre el futuro de su negocio.

El 73% opinó que tendrá mejores resultados económicos de aquí al año que viene.

CARNE

Caída en el primer trimestre: 17,6%

Carne argentina
Pie de foto, El consumo de carne registró su mayor caída en 30 años. 

Argentina es famosa por la calidad de su carne y cualquiera que haya visitado el país sabe que aquí el «bife» y el «asado» son una parte habitual de la dieta.

Pero este año muchos debieron abandonar su tradicional parrillada del domingo.

Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo per cápita de carne vacuna pasó de 50,5 kilogramos en marzo de 2023 a 42,6 kg este marzo, una contracción del 18,5%.

En el acumulado del primer trimestre, la caída del consumo fue del 17,6%.

Según la Ciccra, se trata del “registro más bajo de las últimas tres décadas”.

Sin embargo, al igual que con la leche, no todos fueron pérdidas para la industria: la caída en el consumo interno se vio compensado por un aumento fuerte de las exportaciones, que representan cerca del 30% de la producción total.

Según un informe de Ciccra, en los primeros tres meses del año se exportó 22,9% más interanual.

Fuentes del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina informaron que el 80% de esa carne fue comprada por China.

YERBA MATE

Caída en el primer trimestre: 9,2%

Una mujer tomando mate
Pie de foto, Incluso la costumbre de tomar mate se ha visto afectada por el fuerte ajuste de los bolsillos. 

Tomar mate es una parte tan esencial de la idiosincrasia argentina que la demanda de yerba es considerada inelástica (en otras palabras, incluso cuando aumenta de precio la gente la sigue comprando, en vez de reemplazarla por otros productos).

Es por esto que algunos consideran que la evidencia más clara de lo dramático que está resultando el ajuste para muchos argentinos es que incluso la venta de yerba mate ha bajado.

El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) -un organismo no gubernamental- reveló que en marzo la cantidad de yerba mate que se destinó al mercado interno se redujo un 30% con respecto al año anterior.

Si se considera todo el primer trimestre, la contracción fue del 9,2% interanual.

La mayoría de los referentes del sector lo atribuyen a la pérdida de poder adquisitivo de las familias de menores recursos (según un trabajo de la Universidad Di Tella, más de 3 millones de argentinos cayeron en la pobreza durante el primer trimestre del año).

Sin embargo, desde el INYM señalaron que la baja también podía deberse a que muchos supermercados y comercios compraron un stock excedente de yerba a finales de 2023 ante la posibilidad de que el dólar aumentara con la llegada de Milei, haciendo que el producto se encarezca.

El organismo también informó que las exportaciones de yerba mate -que representan apenas el 10% de la producción- aumentaron fuertemente durante el primer trimestre de este año, con un incremento del 23%.

A comienzos de abril, el gobierno desreguló el mercado de la yerba y eliminó la potestad del INYM para fijar precios de referencia, con la intención de fomentar la competencia y que así bajen los precios internos.

No obstante, los críticos advierten que la medida podría generar todo lo contrario, ya que la elaboración de la yerba mate está concentrada en un 70% en una decena de grandes empresas que ahora podrán usar su poder de mercado para controlar tanto el precio al consumidor como el que se le paga a los productores agrarios.

Reflexion

La huelga general contra Milei consigue paralizar el transporte pero el comercio siguió su actividad

Segunda huelga general en Argentina que le convoca la Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato mayoritario del país, a Javier Milei. A diferencia de la que convocaron a finales de enero, en esta ocasión sí que consiguieron paralizar el transporte, aunque el comercio en Buenos Aires y otras ciudades continuó con su actividad normal. La huelga se convoca en repulsa a la reforma laboral que está incluida en la Ley de Bases que se aprobó la semana pasada en el Congreso.

Entre dichas reformas, se encuentran la delegación de facultades legislativas al Ejecutivo, privatización de empresas, establecimiento de un régimen especial de inversiones y una reforma laboral, calificada por el oficialismo como «modernización».

Una ley que está siendo actualmente debatida en el Senado, a pesar de que los diputados de izquierdas secundaron el parón y no acudieron.

Según los medios locales, la calma fue la tónica general durante la jornada de paro general en Argentina. El paro estaba convocado durante 24 horas desde las 00.00 horas de este jueves. Lo único que se hizo notar fue el paro del transporte público (autobuses, trenes y metro). A diferencia de lo que se vio el pasado 24 de enero, cuando el sector solo paró entre las 19.00 horas (hora local) hasta el final de la jornada.

Al transporte terrestre se le sumaron los trabajadores de las líneas aéreas comerciales, el sector bancario, trabajadores públicos y la educación pública, ya que las escuelas privadas abrieron sus puertas. Por su parte, el sector sanitario garantizó los servicios mínimos, dando prioridad a las urgencias.

Desde el sindicato mayoritario emitieron un comunicado en el que aseguran que llaman a la huelga general, puesto que el Gobierno del país, encabezado por Javier Milei, «promueve la quita de derechos laborales y sociales, que redefine el rol del Estado, cerrando y achicando a su mínima expresión importantes dependencias e instituciones que brindan asistencia a nuestra población, generando miles de despidos públicos».

En la CGT también cargaron contra la paralización de las obras públicas «generando un descomunal desempleo», criticaron. Al mismo tiempo, también hablaron de la eliminación de la financiación de los medicamentos, las universidades, la educación, la ciencia y la cultura «poniendo en riesgo la vida de nuestros mayores y la población en general».

Por su parte, el Gobierno de Javier Milei hizo una fuerte crítica hacia esta convocatoria. El propio presidente utilizó sus redes sociales para emitir el mensaje «Yo no paro, viva la libertad carajo».

Por su parte, el secretario de Transporte, Franco Mogetta, aseguró que el transporte funciona al 40% y la ministra de Seguridad y socia de Gobierno de Milei, Patricia Bullrich (liberales), calificó la huelga general como «el paro de la debilidad». Al mismo tiempo, calificó los piquetes como «hechos mafiosos». La ministra dejó un mensaje claro a la central obrera: «Que se dejen de joder y vayan a trabajar».

«Hemos detectado que ya hay más de 2300 unidades en la calle, cerca del 40% de lo que es un día normal de transporte, y hay empresas que se siguen sumando. Por primera vez en la historia, vamos a descontar el día a las empresas que no presten su servicio. Hasta el día de hoy se venían pagando estos días de paro, se financiaban estas huelgas», dijo Mogetta.

El alcalde de Buenos Aires, Jorge Macri, también utilizó sus redes sociales para expresar su postura contraria hacia el parón. En un comunicado titulado ‘El esfuerzo de los que laburan no para’ aseguró que «millones de argentinos laburantes (trabajadores) hoy pierden su día de trabajo, el presentismo y las horas extras».

Al mismo tiempo, cargó duramente contra los sindicatos: «Algunos pocos festejan, mientras defiendes sus privilegios a costa de que el país sea más pobre». Criticó «la prepotencia» de los sindicatos que «después de cuatro años de silencio que aturde, ya no representan a los que están haciendo un gran esfuerzo y la pelean a pesar de la difícil situación que vivimos».

Javier Milei y Luis Caputo, inexcusables para la clase media

Es necesario comprender que, en determinados niveles sociales, las finanzas personales no consisten en la privación constante, sino en el equilibrio entre: ahorrar, invertir y disfrutar. Estas tres cuestiones, son partes esenciales de una vida plena para la clase media.


Los hogares de ingresos medios son muy conscientes del equilibrio entre el dinero que se obtiene y el que se desembolsa, para no acabar con ahogos. Para lograrlo y mantenerlo, maneja la economía propia mediante planeación. Si llega un despido que esfuma los ingresos, si el sueldo evoluciona por debajo de la inflación y/o, si los gastos fijos se le disparan, entra en apremios. Ahora bien, así como los déficits primarios y financieros del Estado suceden cuando los egresos superan a los ingresos, en la casa también sucede, dicen los expertos en televisión. La diferencia es que, en el último caso, no se pueden atender los compromisos de pago, ya que una casa no puede emitir dinero como el BCRA, colocar bonos o títulos en el mercado voluntario como el Tesoro, ni recurrir al FMI para que venga a su rescate.

Los partidos que le quedan al equipo de clase media son pocos, hoy por hoy son “candidatos al descenso”. Algunos ciudadanos que jugaban en esa liga, perdieron contra el superávit mensual, perdieron contra los ahorros en dólares y, podrían perder contra el despido. Es que, “al medio social de la población”, le ha sobrevenido una tormenta perfecta. Como dijimos, a muchos se les consumieron los ahorros en dólares, y la mayoría recibió aumentos desmesurados en los alimentos de las marcas que consume. Treparon las expensas del edificio o del country, las facturas de: electricidad, gas, agua corriente, colegio privado, universidad privada de sus hijos, seguro del auto o los autos, garaje, patentes, medicina prepaga, medicamentos, naftas, costos y comisiones de tarjetas y cuentas corrientes, telefonía celular móvil, internet, cenas en restaurantes, comida delivery, etcétera. De modo que, en promedio, las tarjetas de crédito llegan con saldos mayores al doble. Conjuntamente, aquellos que tienen su casa o departamento en la costa, no pueden pagar los gastos fijos de su segunda vivienda, ni hacerse una escapadita los fines de semana.

MILEI Y CAPUTO LO LOGRARON

Primero dispararon la inflación al doble, para luego explicar que “está bajando” (sin aclarar: “desde donde la subimos”). Todas las mediciones de inflación del gobierno anterior, fueron menores que las de Milei. La verdad es que se le ha desnaturalizado la realidad al ciudadano, con diferentes astucias. Inclusive la pre fabricada desaceleración de la inflación de mayo, que responde a la desdicha recesiva resultante de la sumatoria de descomedimientos. Pero lo peor es que no se visualiza una “reversión en V”-como se dijo-, en todo el año 2024.

La estimación de caída del PBI difundida por el FMI para 2024, da una caída de (-2.8), pero tiene “la mejor voluntad y el mejor deseo” del organismo. Como mínimo calculamos el doble. Hasta aquí, la velocidad de caída anualizada cuadruplica la estimación del FMI, obviamente se espera una suavización del desplome de la actividad económica.

“…En cuanto a la clase acomodada, el gasto mínimo subió de $2.384.866,32 en diciembre a $2.841.971,56 en enero…” había dicho (Infobae, 10 febrero, 2024). (N. de la R.) Había transcurrido solo un mes, y registraba 20% de aumento.

En medio de una recesión brutal, la inflación acumulada desde el comienzo del mandato de Javier Milei, en el cuatrimestre (dic.-23mar.24) alcanzó 90.17%. Más que duplicó el ritmo inflacionario del peor trimestre de la presidencia de Alberto Fernández en pesos, aunque la caída de la cotización de la divisa, hizo que la “hiperinflación en dólares” del cuatrimestre fuera de 137.71%Hiperinflación en dólares.Una calamidad.

LIBERALES VOTANTES DE MILEI

Parte de la “clase media” suele estar encandilada por el deseo. Unos aspiraran vivir como estadounidenses en Miami, otros han sido convencidos que residen en un país semi europeo. Hemos escuchado: “los bolitas”, “los yoruguas”, “los paraguas”, “los brazucas” y, últimamente “Arganzuela”. Mucho inmodesto es personal jerárquico de oficina, docentes, comerciantes, técnicos, emprendedores, empresarios pymes y, reclaman para sí, un lugar social, bien lejos de los pobres. Hoy Milei ha sentenciado a la pobreza a un nuevo grupo social, por ahora vago y difuso. Una nueva categoría social. Se acercan a una condición que aún no está muy clara, pero permanece más cerca del pobre que del rico. A pesar de considerarse “clase media”, sus ingresos no están entre medio de los ingresos de ricos y pobres. En este momento, “clase media” parece una alegoría, un retrato del pasado en el pensamiento de muchos ciudadanos aspiracionales. Lo cierto es que, aun los gerentes son trabajadores, y han sido muy maltratados por esta nueva situación.

La clase media fue muy importante para apoyar el proyecto de país liberal de 1880. Quienes crearon esa idea para seducirlos eran liberales. Se supone que deberían atender a “los del medio”, porque actúan como balanza que ha evitado que los pobres se amotinen. Siendo este el país del “Che Guevara”, la prosperidad y la ilusión que generó el ascenso social, ha sido un factor de contención.

Caputo y Milei están desperdiciando una gran oportunidad y muchos votos de la clase media. Según el relato, éramos el país que teniéndolo todo fracasó, esta era la oportunidad de retomar la senda de “Argentina era potencia mundial”. Si de verdad estábamos en el puesto 140 del ranking, hoy estamos en el 250.

La añorada sociedad argentina de la historia de Milei y Benegas Lynch, promovía actividades laborales y económicas, no destruía empleo y emprendedores. Los asalariados aumentaban y estaban esperanzados con pertenecer a sectores medios: empleados de comercio, bancarios, recepcionistas, supervisores, secretarias, encargados, jefes y gerentes. En 1869 había 12.000 empleados de comercio en 1914 eran 95.000. A la sazón, tenemos despidos masivos en puerta, porque los comercios están semi vacíos y la caída de ventas es monumental.

El crecimiento del sistema educativo y no su destrucción, fue lo que generó empleo para maestros, celadores, profesores y directores. Los docentes pasaron de 2.300 en 1869, a 31.000 en 1914 (13 veces y media más en los 45 años que evocan con nostalgia).

En la Argentina idealizada por Benegas Lynch, la evolución económica fue ascendente, no recesiva. Desde que en 1869 había 22 habitantes de cada 1.000 que se destacaban como emprendedores y teníamos solo 439 abogados, 458 médicos, 70 arquitectos y 194 ingenieros, ya en 1914 ocupábamos 37 profesionales por cada 1.000 (+68.18%). Teníamos 173.000 comerciantes, 30.000 almacenes minoristas de comestibles y bebidas, y solo 330 mayoristas. Había 5.000 carnicerías, 1.600 zapaterías, 1.700 farmacias, 1.600 librerías.

El censo de 1895 contaba 22.000 establecimientos de varios tamaños, en 1914 ya existían 49.000, y 19.000 eran industrias panaderas, sastrerías, tintorerías, zapaterías a medida, peluquerías, herrerías, carpinterías e imprentas. Sobrepasábamos los 12.000 graduados, alrededor de 1.54 profesionales por cada 1.000. A esos profesionales, hombres de negocios, emprendedores, comerciantes, se los alentaba, no se los destruía. Hoy caminan por las veredas con la mirada triste.

En 2024, caen las posibilidades del trabajador autónomo vendedor, intermediario, gasista, plomero, electricista, oficial albañil, yesero, clase media. Los trabajadores en relación de dependencia son mayoritariamente pobres trabajando, pero todavía falta, aún pueden perder el empleo porque no hay empresa que aguante sin ventas.

La contracara del desarrollo de la clase media, era que había menos pobres o “clientela potencial populista”, según la visión de Milei y Benegas Lynch.

Gino Germani, a quien nadie puede sospechar de marxista o peronista, explicó con estos números, que hubo en la Argentina del tatarabuelo de Benegas Lynch, una insipiente movilidad social ascendente para beneficiar al tatarabuelo de Milei, gente aspiracional, que nunca quiso ser confundida con la sociedad choriplanera. A ese grupo social está atacando Milei y se lo está poniendo en contra.

LA CASTA ERA LA CLASE MEDIA

No resultó real el eslogan. El proceso de cambio ha generado más pobres y menos ricos. Los ganadores son pocos y los perdedores son clase media del 54% del balotaje que lo votó. Se han empobrecido repentinamente, y caminan zombis, por tener que renunciar a la medicina pre paga y no poder pagar las expensas. Como dijo Macri, los hijos “tienen que caer en la escuela pública” y en hospitales, desfinanciados.

La situación para la “clase media” se ha convertido en un verdadero infierno. Ha quedado atrás la cena con los niños en el bodegón porque cuesta $100.000. La plataforma más popular $15.000, el cable y la conectividad $60.000, las prepagas aumentaron 160%. Si fuésemos la India, ahora mismo la clase media estaría más cerca de la casta de “los parias”, que de los añorados “Brahmanes”. Esta gran mayoría, está experimentando un fenómeno indeseable: “la movilidad social descendente”. 

Los jóvenes que no heredaron departamento, con la liberación de los contratos de alquiler, ni siquiera pueden arrendar un monoambiente. Están regresando a la casa de sus padres. El gobierno eligió un enemigo muy tóxico. 

Los ignaros Milei y Benegas Lynch, evocan figuras, pero no entendieron las estrategias de sus prohombres. Con el liberal-conservadurismo, las medidas de fuerza en las calles eran aisladas, porque “el ciudadano honorable” no hacia esas cosas.

El 24 de abril las calles se llenaron de clase media. Eran “blanquitos con pinta de europeos”, nietos de abuelos que “descendieron de los barcos” (espantosa y falsa imagen inducida por el liberalismo vernáculo). Otra vez en la calle “el ciudadano ideal, deseable y razonable”, el argentino que anhelaban, esta vez salió a luchar.

Los choznos de Mitre-no de Alberdi-, están fundiendo a la “gente de bien”, la del consumo elegante y distinguido, de buena presencia y decente. Bombardearon a la burguesía que quiere progresar, trabajar y ahorrar, vinieron a decirles en la cara que vendan los dólares, burlándose.

LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD

Por ahora todo queda en promesas evanescentes que engendraron satisfacciones pasajeras y frustraciones vertiginosas, sencillamente porque la lógica de la libertad económica, no es la lógica de los valores familiares. La familia media anhela calidad de vida. El mercado se afana exclusivamente para lograr su propósito, generar ganancias.