debate

Buenos Aires
Como pasó en Diputados, la sesión arrancará con ventaja para los que rechazan la ley. Pero los que apoyan el proyecto impulsan modificaciones y esperan sorpresas de último momento para torcer la votación. Hay sólo dos “indecisos”.
Con algún grado mayor de escepticismo, considerando las expectativas que despertó en junio la media sanción, el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo llega a este miércoles al recinto del Senado en una situación parecida a cómo llegó en Diputados: los últimos sondeos indican que el rechazo se impondría hasta hoy en la votación y el proyecto tendría que esperar otro año para ser tratado. Mientras quienes se oponen a la ley consideran que el resultado es irreversible, pero trabajan con cautela para evitar fugas inesperadas, quienes apoyan el proyecto esperan sorpresas de último momento, trabajan por “ausencias estratégicas” y apuestan al poder de convencimiento de algunos gobernadores.

Posturas
La sesión podría comenzar este miércoles con una suerte de PASO o primarias. No quedó zanjada finalmente la discusión reglamentaria sobre si hubo o no hubo dictamen de mayoría en la última reunión plenaria de comisiones. Quienes apoyan la iniciativa consideran que sí y que debería votarse el proyecto con modificaciones consensuado entre los senadores. Quienes se oponen entienden que el dictamen no reunió firmas suficientes y debe tratarse el proyecto tal cual vino de Diputados, y en última instancias agregar los cambios en particular una vez aprobada la ley en general. La cuestión intentará resolverse en reunión de labor parlamentaria entre los jefes de bloque. Sin acuerdo, podría votarse al inicio de la sesión.
Luego de algunas definiciones, el proyecto quedó al borde del precipicio: a los “indecisos” Ángel Rozas (UCR) e Inés Blas (PJ), que se inclinaron por el “no”, los siguió Juan Carlos Romero (PJ). De acuerdo a los últimos sondeos, el rechazo suma 36 votos (mitad de la cámara) y la aprobación, 32. Hay una abstención confirmada (Lucila Crexell), una ausencia, y por ahora sólo 2 indecisos. “A Diputados también llegamos 4 abajo, se va a definir en el recinto”, rescatan entre quienes están a favor. Con un empate, desempataría la vice Gabriela Michetti y ganaría el “no”.
Los indefinidos restantes son Omar Perotti (Justicialismo-Santa Fe), que propuso “ablandar” aún más el proyecto del aborto y se lo ve más cerca de la aprobación, y el tucumano José Alperovich (PJ), que no adelantará su voto hasta el momento de la votación. Se lo inclina tanto para un lado como para el otro según a quién se consulte.
Con estos números, reina el optimismo en el ala “celeste” del Senado. Consideran la votación casi resuelta, aunque miran con cuidado a dos senadores: Carlos Menem, que se pronunció en contra pero siempre se sospechó de su posible ausencia, y Adolfo Rodriguez Saa: faltó al plenario de comisiones el día de la firma del dictamen y su hermano, el gobernador de la provincia de San Luis, está a favor.

El debate
¿En qué trabajan ahora los senadores que están a favor de la legalización? En primer lugar, la clave estará en las ausencias posibles.
“Hablar de números es difícil, los números son siempre muy fluctuantes”, dicen en el PJ, donde apuestan a ver cuál será la actitud individualmente de cada senador ante al peso que tendrá la movilización masiva que habrá frente al Congreso todo el miércoles, con vigilia incluida. Hay al mismo tiempo, entre algunos senadores que sólo lo admiten en off, preocupación por lo que pueda a llegar a pasar en la calle si no hay aprobación. Miembros de Cambiemos que están a favor, fundamentalmente del radicalismo –incluidos Diputados que votaron la media sanción–, consideran que el rechazo sería “catastrófico” en términos políticos para el oficialismo, que podría ser señalado como el culpable de la no sanción. Senadores que acompañan la legislación y cuadros políticos del partido conversan con cada uno de los legisladores en contra para intentar torcer la situación. Hablan de “ausencias tácticas”: “Hay 1/3 de los que se manifestaron en contra que creyeron que iba a salir fácil y para salvarse personalmente dijeron eso”, dice el vocero de un senador radical. También hay enojo de algunos diputados que trabajaron para la media sanción y que creen que quienes defienden la iniciativa en el Senado, de todos los partidos, no ”trabajaron a fondo” para convencer a sus compañeros.