Buenos Aires
Por unanimidad, con 67 votos a favor y ninguno en contra, el Senado aprobó anoche los allanamientos a las tres propiedades de Cristina Kirchner, pedidos por el juez Claudio Bonadio en la causa de los caudernos de las coimas, que se comenzó a investigar luego de las revelaciones de Oscar Centeno, ex chofer de Roberto Baratta, mano derecho de Julio De Vido. La ex mandataria también votó a favor.
Los operativos serán en tres domicilios: el de Recoleta, ubicado en Juncal 1306, el de Río Gallegos en la calle Mascarello 441, y el de El Calafate en la calle Padre de Agostini y Los Tehuelches. Aún no se sabe cuándo serán, pero ahora el magistrado tiene libertad para ordenarlos cuando crea conveniente.
La ex presidente fue una de las últimas oradoras, habló más de 40 minutos y basó su defensa en críticas hacia el Gobierno. También dejó en claro que no está arrepentida de nada: “No me van a hacer arrepentir. Si creen que con los Bonadio, los desafueros, me voy a arrepentir, no. No me arrepiento de nada de lo que hice. Me arrepiento de no haber sido lo suficientemente inteligente o amplia para poder persuadir o convencer de que lo que estábamos haciendo, con errores o aciertos, había mejorado la vida de millones de argentinos y la posición de la República Argentina”.
“La historia de la argentina demuestra que pueden encarcelar gente, pueden meter a todos los opositores, me pueden meter presa. ¿Usted cree que realmente la Argentina va a ser más gobernable? Me atrevo a decir que no es así. Al contrario, deberian comenzar a intentar rever políticas en lugar de insistir en este tipo de cosas”, sentenció.
El flan
La sesión comenzó pasadas las 14:20, cuando Cambiemos consiguió quórum. Hubo en total 24 oradores, con muchas posiciones a favor y en contra. Los argumentos, de quienes acompañaron, se basaron en que colaborará a la investigación y en que la Argentina necesita “justicia”, mientras quienes lo rechazaron se basaron en la “persecución política” hacia la ex jefa de Estado y a que el pedido de Bonadio no estaba bien fundamentado.
Uno de los discursos más encendidos a favor de la norma fue el de Esteban Bullrich, que apeló a la frase “queremos flan” que viralizó Alfredo Casero: “Fueron muchas denuncias y obras que no avanzaron. No avanzaron porque repartieron flan. Flan para el juez, flan para el fiscal, flan para el periodista militante, flan para acallar a los que denunciábamos la corrupción”.
“Como todo cocinero sabe, cuando uno cocina mucho flan en algún momento se queda sin huevos. Y en Argentina hubo escasez de huevos para que avanzaran las causas de corrupción. Eso fue lo que pasó”, completó.
El circo
Por el lado del kirchnerismo, se destacó María Inés Pilatti Vergara, quien disparó fuerte contra Bonadio y el peronismo opositor: “¿Ustedes qué creen? ¿Que esto no se va a dar vuelta? Esta cirqueada de la que están siendo cómplices, ¿creen que no les va a tocar a ustedes alguna vez? Excavaciones, escaneos de paredes en departamentos vecinos. ¿Sabes qué, Bonadio? Escaneate la cabeza, a ver si nos encontramos con que te queda una neurona de sensatez republicana”.
Y agregó: “Para los compañeros con los que compartimos hasta hace muy poco tiempo el mismo bloque político les digo: pueden tratar de justificar su accionar con la transparencia, con la anticorrupción, de querer quedar bien con las señoras gordas que se pronunciaban ayer frente al Congreso. Pero, ¿saben qué? En el barrio, en los barrios de donde nosotros venimos, eso se llama traición. Y de la traición no se vuelve”.
“No me arrepiento de nada”
La expresidenta argentina Cristina Fernández dijo hoy en una sesión del Senado en la que se debaten sus problemas judiciales que no se arrepiente “de nada” de lo que hizo cuando estuvo en el poder y tildó de “descarada, humillante y grosera” la “manipulación” de “hostigamiento” que asegura sufre.
“Si creen que con esto van a hacer que cambie mis ideas, o que vote lo que ustedes quieran… no. Mal o bien pertenezco a una generación que creció con el miedo de que lo fueran a buscar para torturarlo, violarlo, desaparecerlo o tirarlo al mar”, sentenció la actual senadora durante su intervención.
En concreto, la Cámara Alta debate si autoriza a la Justicia a realizar registros en las casas de Fernández, que tiene fueros parlamentarios, por estar imputada en una causa en la que se investigan millonarios sobornos de empresarios de la obra pública a funcionarios de los Gobiernos kirchneristas (2003-2015).
“Hoy estamos tratando una medida, en este caso allanamientos de un senador que es inédita”, aseveró la exmandataria en un largo y vehemente discurso en el que defendió su Presidencia y negó cualquier tipo de acusación en su contra, al tiempo que lanzó fuertes críticas a la gestión del actual presidente, Mauricio Macri.
No obstante, gran parte de su discurso giró en torno a la influencia que a su juicio tiene su sucesor en su situación judicial.
“Si algo faltaba para consagrar la persecución política y el uso del poder judicial como instrumento de persecución política en Argentina era esta causa”, enfatizó Fernández, que recordó que tiene seis causas abiertas, cuatro de ellas, incluida la de los sobornos, por “asociación ilícita”.
En este sentido, comparó sus problemas judiciales a la persecución que asegura se está produciendo a otros exlíderes de Brasil o Ecuador.
“Estas persecuciones les pasa a los que con errores y aciertos creemos en algo y defendemos ese algo. Y yo creo en lo que hice como presidenta de los argentinos: creo en la redistribución del ingreso, en el emponderamiento de los derechos, en las universidades publicas… en el desendeudamiento como un instrumento de autonomía…”, sentenció.
“No me arrepiento de nada de lo que hice”, subrayó, e hizo como excepción que “en todo caso” se arrepiente de “no haber sido lo suficientemente inteligente” para “convencer y persuadir” de que lo que estaba haciendo, “con errores o aciertos”, había mejorado la vida de “millones de argentinos”.
La expresidenta hizo una comparación de su situación con la última dictadura (1976-1983).
“No es necesario andar matando dirigentes y gente. Hay otra forma de desaparición”, afirmó, y añadió que la alta presión mediática “es una forma de presión” sobre los legisladores.
“Es lícito que haya gente que no me quiera, yo tampoco quiero a algunos, lo que no es lícito es que quiera hacerse aparecer como que estamos ante un sistema justo, transparente y jueces imparciales”, destacó.
En su convencimiento de que el Ejecutivo de Macri impulsa su persecución, se mostró tajante.
“Yo no soy el problema de este Gobierno, el principal problema son ustedes mismos y sus políticas espantosas”, arremetió.
Por último, se dirigió también hacia el resto de sus compañeros del peronismo, muy dividido en los últimos años, donde dijo que hay “fuego amigo”.
“Si mañana un rayo me partiera y de mí quedaran solamente esparcidas las cenizas hay algunos que no llegarían nunca por el voto popular a presidente. Lo lamento, pero no soy yo el problema”, concluyó.