escllavitud

Caleta Olivia – Por Natalia Quilis, docente en Lengua y Literatura
Mucho escuchamos y leemos sobre los reyes, “los latifundios y lo bueno que fue para la sociedad moderna el haberlos erradicado”; “que hoy somos libres, que la democracia” y tantos argumentos modernistas que nos hacen hasta agradecer nuestra llegada en los tiempos actuales, tan equitativos, tan cómodos, tan convenientes, tan humanos…
Razonamientos éstos ante los cuales yo me veo obligada a interrogar.
En algún rincón del mundo hay humanidad? ¿Hay alguna sociedad libre?…
Considero que la posibilidad de que el humano haya sido alguna vez benéfico para el planeta es una idea que a pocos debe pasarle por la cabeza.
En la actualidad donde vemos a diario tanta maldad, tanta degeneración, tanta avaricia, tanto alejamiento del hombre con el respeto por la creación, tanta mala intención que asusta; nos podemos dar cuenta o podemos analizar la historia humana y comenzar por entender lo malignos que le resultamos a todo cuanto existe.
Si de abusos o torturas humanas se tratara podemos bien remontarnos en la historia a las civilizaciones antiguas en las cuales solo con nombrar la crucifixión a modo de castigo romano, así como el toro; la gota, -tortura oriental-, el desmembramiento o empalamiento como ejemplos impartidos por la “justicia” entre tantos otros… Nos damos cuenta de que la maldad habita irremediablemente en nuestros genes. La llevamos incrustada en nuestra memoria celular, algo que por supuesto no se quita con limpia vidrios o detergentes.

Abusos
Luego tenemos el abuso sobre el débil, ejercido por cualquier hijo de vecino, esto sería el abuso sexual por ejemplo sobre criaturas y mujeres, las cuales han sido esclavizadas por siglos: la mujer por ejemplo hasta nuestros días en Oriente, está privada de todos sus derechos, como bien nos permiten observar las fuentes varias de los medios internacionales a los que tenemos acceso y con la excusa del placer sexual o de la religión; vemos impotentes, morir a mujeres y niñas como moscas a diario por puro capricho, porque esa es la única realidad, capricho sadismo y comodidad de hombres aunque también mujeres cómplices y políticos corruptos que no quieren trabajar; en fin, sociedades corrompidas por la maldad en su más pura expresión . Aunque igualmente no se necesita ir tan lejos no?
Niños , pobres, enfermos, discapacitados, mujeres, animales, en sociedades gobernadas por seres humanos, en sistemas que son creados además por seres humanos.
En un mundo en el cual la tierra y lo que ella produce aunque “es de todos”, tiene unos pocos dueños. Sistemas de servicios para… ¿Mejorar la sociedad? Sistemas de ordenamiento para… ¿Ordenar la convivencia? Avances científicos y tecnológicos para… ¿Quiénes?
Entonces regreso a la humanidad antigua, a la depredación original y me pregunto. ¿Estamos evolucionando o involucionando? ¿El derecho, para quienes está redactado?
Así es que cuando prendo mi computadora para ver las noticias en los medios cada día o voy por la calle y leo pintadas en un panorama de animales flacos o atados, lo cual es una tortura, o escucho que otro niño o niña desapareció o que el gobierno o el banco robaron nuevamente el mísero salario de los trabajadores o que otra madre fue golpeada o que rompieron todo a su paso en una marcha o que los exiliados o que los muertos por escases de alimentos etc.

Humanidad
No me quedan muchas fuerzas para seguir creyendo que exista lo que la palabra “humanidad” evoca. Ya que irremediablemente concluyo en que, la misma gente que está padeciendo las desigualdades e inseguridades es la que fomenta el caldo de cultivo en esta rueda que, siempre gira en desfavor del más débil.
Lo hacen avalando con cada uno de sus votos, con cada uno de sus accionares diarios, permitiendo la corrupción, permitiendo el desamparo que ya están sufriendo sus propios hijos, permitiendo la desidia, la no aplicación de leyes en contra de quienes nos colocaron en éste lugar y éstas circunstancias, peleándose entre sí por defender a ese que viola derechos entre otros y mata de hambre a sus propios hijos.
Es como una especie de “pégame que me gusta” es como una especie de auto castigo por una ridícula sensación de “pertenencia” de un “ser parte”, del discurso que me venden.
O bien como el síndrome que padecen los secuestrados/as quienes se enamoran de sus atacantes…
Entiendo que suene, el tema, tal vez algo agresivo, sin embargo algún sabio por ahí dijo que para solucionar un problema lo primero que hay que hacer es identificarlo.
Pero yo considero que “si”, está identificado, que tal como ocurrió con los antecesores de Alejandro Magno, que quisieron desatar el nudo gordiano, el fracaso está en que el nudo, sí está ya identificado, pero todos intentan desatarlo en lugar de cortarlo tajantemente que es lo que hizo El Grande, sin ninguna contemplación. El nudo gordiano de Alejandro Magno
https://siempreconectado.es/nudo-gordiano-alejandro-magno/
Entonces porqué en lugar de desatar nuditos o buscarlos, no los cortamos, cuál es el motivo que hace que sigamos amarrados buscando nudos escondidos, cuando en realidad tenemos bien identificado el nudo del meollo, porqué no cortar con la continuidad de permisión a los que se benefician y nos vacían?
Bueno vecino, sabrá Ud., Así como cada quien, cuál es la causal de la insistencia en no querer ver o asumir su participación en el desmadre de su propia existencia.
De todos modos, les dejo una de mis preguntas existenciales que mi razonamiento generó en mi adolescencia, cuando comprendí la importancia del voto y me explicaron que alguna gente votaba a un corrupto por “un colchón”… Entonces yo formulé lo siguiente en forma automática: ¿“A un cuarto oscuro, al momento de votar, uno no entra solo con su conciencia”?…
Ya que hoy, en mis 45 años, sigo sin comprenderlo y muy a mi pesar sin la ansiada respuesta.