Karin Silvina Hiebaum – International Press
El Gobierno de Alemania busca apoyar a la población frente a la inflación y motivar el uso de transportes respetuosos con el medioambiente
El Gobierno de Alemania busca apoyar a la población frente a la inflación y motivar el uso de transportes respetuosos con el medioambiente
El Deutschlandticket ofrece viajes ilimitados en autobuses, metros y trenes de cercanías y regionales.
Alemania arranca la semana con la puesta en marcha del billete mensual de 49 euros para viajes ilimitados. El Deutschlandticket ofrece viajes ilimitados en autobuses, metros y trenes de cercanías y regionales, pero no los de alta velocidad.
Con esta iniciativa, el Gobierno de Alemania busca apoyar a la población frente a la inflación y motivar el uso de transportes respetuosos con el medioambiente. El ministro de Transportes Volker Wissing ha calificado la medida como la «reforma del transporte más importante de la historia».
Teniendo en cuenta los datos de la Asociación Alemana de Gestores de Transporte Público (VDV), ya se han vendido unos 750 000 billetes, sin contar todos aquellos que han cambiado su abono normal a Deutschlandticket.
La nueva oferta es la continuación del exitoso billete de 9 euros que se vendió durante tres meses el verano pasado y que superó los 50 millones de unidades.
Alemania no es el primer país que sigue este camino. Hace tres años, Luxemburgo hizo gratuíto el transporte público con el objetivo de reducir el uso del coche privado.
Además, el Gobierno de España quiso reducir el coste de vida proporcionando abonos mensuales gratuítos para todas las rutas rurale locales e interurbanas de medio alcance de agosto a final de año de 2022.
Esta medida también ha sembrado polémica en la oposición. Las autoridades esperan que el nuevo ticket genere un déficit de unos 30 000 millones de euros. Para paliar esta situación, el Estado y las regiones han llegado a un acuerdo de financiación, en la que cada una tendrá que pagar unos 1 500 millones de euros al año.
El diputado democristiano Michael Donth ha criticado este gasto, argumentando que este debería ir dirigido a reparar y renovar la infraestructura ferroviaria. Se estima que para llevar a cabo dicha reforma es necesaria una inversión de unos 8 600 millones de euros al año durante una década.