La iniciativa de la senadora nacional santafecina Carolina Losada (UCR, foto), quien a fines de mayo de este año presentó un proyecto de Ley por el cual se busca castigar a quienes formulan falsas denuncias de violencia de género y abuso, ya sea en ámbitos judiciales como a través de redes sociales y otras plataformas informáticas.
El proyecto de ley, presentado el 23 de mayo de 2023 en el Senado de la Nación, busca poner fin a esta situación.
El papel crucial de los medios en la propagación de un escrache puede conducir a una condena social anticipada, antes de que un tribunal de Justicia pueda emitir un veredicto. Esta tendencia es particularmente dañina cuando se dirige a hombres acusados de abuso o violación, frecuentemente presentados como culpables antes de un veredicto oficial.
La legisladora, que cuenta con el asesoramiento de la activista Andrea Guacci, sostiene en los fundamentos de su proyecto que “en la era de la informática y las redes sociales, la Justicia se desdobla en la corte formal y en la corte de la opinión pública. Esta última, empoderada por la velocidad y omnipresencia de internet, puede sentenciar a un individuo antes que un tribunal de Justicia lo haga, en un fenómeno conocido como “escrache”.
Destaca además que esta situación “ha desembocado en una problemática alarmante en los últimos años: una intensificación de las falsas denuncias que, motivadas por diversas razones (que incluyen la venganza, influir en casos de separación y tenencia de hijos, obtener un subsidio o perjudicar una posición política o empresarial) pueden tener consecuencias devastadoras para los hombres y para la sociedad en general”.
Deja también explícito que el rol de los medios informativos influye en la propagación de un escrache “que puede conducir a una condena social anticipada, antes de que un tribunal de Justicia pueda emitir un veredicto”.
De manera particular se observa que “esta tendencia es particularmente dañina cuando se dirige a hombres acusados de abuso o violación, frecuentemente presentados como culpables antes de un veredicto oficial”.
Sostiene también que todo contribuye distorsionar la verdad ya que el sesgo (direccionamiento) de la narrativa hace que generalmente se represente a los hombres como agresores y a las mujeres como víctimas.
“Pese a la gravedad de la problemática –puntualiza-, existen numerosos casos en los que, aún después de demostrar que las denuncias eran falsas, las denunciantes no reciben condena alguna” por lo cual esta situación “plantea importantes cuestiones sobre la equidad y la justicia en estos casos”.
En consecuencia, considera que la Ley que propone “podría funcionar como un catalizador para programas de educación que sensibilicen sobre las consecuencias de las falsas denuncias” y tipificarlas como delito