Con una cena de camaradería pletórica de anécdotas se despidieron los participantes del cruce a nado de la ría Deseado, que alcanzó este año una cifra récord.
“A nivel local el semillero lo tenemos en la pileta, y muchos se han animado motivados por los profes, que son los referentes”, destacó entusiasmado Walter Zúñiga, guardavidas de la playa local e integrante del grupo organizador.
Durante una entrevista en el programa radial Azúcar, pimienta y sal, Zúñiga, uno de los cuarenta y un nadadores que efectuó este cruce, remarcó que “lo mágico no está en la distancia porque 1600 metros no es tanto para el que tiene un volumen de nado medio, pero nunca sabemos qué se nos va a presentar”.
Vientos
La jornada del lunes, con buena temperatura, soleada, tuvo sus características propias. “Los vientos rotaron, estuvieron mucho más fuertes de lo previsible, y las corrientes nos han derivado a algunos hacia la escollera, y a otros nos llevaron a terminar en Punta Cascajo… eso da una pauta de lo peligroso que es el sector, y que hay que tener muchísimos cuidados, porque nos puede pasar a cualquiera”, advirtió.
Otro aspecto que puso de relieve fue la generosa colaboración de distintas embarcaciones que velaron por la seguridad de los nadadores.
“Algunas las habíamos solicitado pero otras se sumaron sin que estuvieran previstas”, agregó. La Prefectura local aportó la presencia de una moto de agua, y otras empresas privadas e instituciones como el Club Náutico Capitán Oneto colaboraron con sus elementos.
Pueblada
Zúñiga calificó como “una pueblada maravillosa” el gran acompañamiento del público en la costa y la escollera durante toda la tarde. A esta altura agradeció a quienes viajaron desde Comodoro Rivadavia, Buenos Aires, Pico Truncado y Puerto San Julián.
En otro orden se refirió a la emotiva presencia de María Laura Gaona, esposa del navegante y ambientalista Marcos Oliva Day, fundador de “Conociendo nuestra casa”, cuyo nombre llevaba como homenaje esta travesía.
Buque mercante
Un detalle curioso, que ya se había producido el año anterior, fue la coincidencia del horario del cruce de la ría con la zarpada de un buque mercante de grandes dimensiones. “Prefectura trató de evitar que saliera en ese horario y el operador portuario José Antonio Pérez gestionó para que esto se haga efectivo. Gracias a su intercesión el mercante pudo salir a las 13,30”, mencionó, anticipando que ya comenzaron a planear el encuentro del 2018.