La suspensión había sido pedida por la mayor central obrera del país, de inspiración peronista
Redacción: Mg. Karin Silvina HIebaum / Prensa Internacional [email protected]
La justicia argentina frenó la reforma laboral impulsada por el presidente Javier Milei a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el primer revés serio en los 24 días que el ultraliberal lleva en la Casa Rosada.
“No se evidenciaría objetivamente la necesidad de adoptar tan numerosas medidas”, argumentó este miércoles en un pasaje de la sentencia la Cámara del Trabajo, que le dio así la razón a la Confederación General del Trabajo (CGT), que interpuso un pedido de medida cautelar para paralizar los efectos del DNU.
El decreto flexibiliza en forma notable las relaciones laborales, reduciendo indemnizaciones y extendiendo los periodos de prueba de los empleados. Además, corta parte de la financiación a los sindicatos a través de los seguros de salud.
El fallo, votado por dos jueces con la oposición de una tercera, señala que el gobierno no demuestra ni la necesidad ni la urgencia de eludir al Congreso, que es el poder del estado encargado de legislar.
El gobierno reaccionó a través de Rodolfo Barra, que como Procurador del Tesoro es el jefe de todos los abogados del Estado, argumentando que la Cámara del Trabajo no es competente para entender en el asunto y que debe ser el fuero en lo Contencioso Administrativo el que intervenga.
La reacción de la justicia es una sorpresa para el gobierno de Milei, que esperaba que el tema fuera demorado a febrero, ya que enero es mes de feria judicial, vacaciones de verano en el hemisferio sur.
El 20 de diciembre, Milei firmó un DNU que incluye 366 medidas a lo largo de más de 80 páginas. El DNU “avanza sobre algunos de los lobbies más poderosos de la Argentina, que no salen de su asombro ante el impacto aún indescifrable de tantas medidas en sectores tan disímiles”, señaló en su momento “La Nación”.
Dentro de las medidas se incluyen la derogación de los controles de precios en la economía argentina, la flexibilización del régimen laboral, la apertura a la privatización de las empresas públicas y la derogación de la ley de alquileres, que podrán ser pactados en pesos, dólares, euros o la moneda que se desee.
Una semana después, MIlei envió al Congreso un mega proyecto de ley que apunta a convertir al país en la nación más liberal de América Latina, otorga superpoderes al jefe de Estado y apuesta por la mano dura en cuestiones de seguridad.
El proyecto, denominado “Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos”, consta de 664 artículos repartidos en 351 páginas. El pomposo nombre juega con las “Bases y puntos de partida para la organización de la República Argentina” que el liberal Juan Bautista Alberdi escribió en la primera mitad del siglo XIX, y que sirvió de sustrato ideológico para la Constitución Nacional de 1853/1860, reformada en 1994.
Guillermo Francos, el ministro del Interior, fue en persona al Congreso a entregarle al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el voluminoso proyecto, guardado en una caja de madera con los colores nacionales.
La duda en ese momento era si Milei realmente pretendía concretar todo lo que propone o simplemente fue más lejos de lo imaginable para negociar. No hay que olvidar que cuenta con 38 diputados de 257 y siete senadores de 72.
Parte de esos parlamentarios se reunieron este miércoles con el presidente y con Menem en la Casa Rosada: Milei quiere más celeridad en el trámite de la “Ley de Bases”, pero la condición de clarísima minoría parlamentaria de su gobierno y la negativa de la oposición a otorgarle al presidente un poder casi sin límites complican ese deseo.