Javier Milei, el presidente libertario argentino, hizo declaraciones acerca del Mercosur queponen en duda la continuidad de Argentina en el bloque: en una entrevista con Bloomberg, el mandatariolo calificó como “una unión aduanera que favorece a empresarios prebendarios” y que “perjudica a los argentinos de bien”.
Esta postura llevó a especulaciones sobre una posible salida de Argentina del bloque. ¿Cuáles serían las consecuencias si esto llegara a suceder?
Los alcances del Mercosur
El “Mercado Común del Sur”, fue originalmente establecido por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Tiempo después se sumó Venezuela, que actualmente se encuentra suspendida, y Bolivia, que estaba en proceso de incorporación, acaba de ser aceptada. Finalmente, se asociaron –una forma más laxa de pertenecer– Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Surinam y Perú.
El objetivo principal de este bloque regional, según su página oficial, es “propiciar un espacio común que genere oportunidades comerciales y de inversiones a través de la integración competitiva de las economías nacionales al mercado internacional”.
Para lograrlo, los miembros acuerdan un régimen de comercio que se aplica de manera uniforme y negocian conjuntamente acuerdos comerciales con bloques o países extranjeros.
Además de funcionar como un mercado conjunto, el Mercosur logró acuerdos de cooperación en materia de derechos humanos, inmigración, medio ambiente, cultura y ciencia, entre otros. Hoy en día, la integración alcanza aspectos sociales muy importantes.
Pero junto con la integración llegan las obligaciones. Es por esto que el mandatario de La Libertad Avanza lo considera “un estorbo”, como señaló.
¿Qué está en juego?
Después de la Unión Europea (UE), el Mercosur es el segundo mercado laboral abierto más grande del mundo, seguido por el de Australia y Nueva Zelanda. Estas regiones son las únicas del planeta con gran libertad de movimiento laboral.
Esto implica que sus ciudadanos pueden trabajar libremente en los países miembros y asociados tan sólo con una residencia legal, un trámite que, gracias a los acuerdos, es muy sencillo de hacer. Esta es una enorme ventaja a tener en cuenta al decidir si Argentina se retira del bloque.
A diferencia de la Unión Europea, el comercio de bienes y servicios en el Mercosur está arancelado. En el bloque sudamericano, las tarifas de importación son acordadas mutuamente, siendo más bajas en comparación con las aplicadas a países no miembros. Es decir, el Mercosur en realidad no es un mercado libre.
Además, los miembros del Mercosur no pueden celebrar tratados comerciales con otros países de manera independiente. Estas desventajas o limitaciones son clave para entender la postura de Milei, quien está en contra de la intervención estatal en el comercio.
La libertad para negociar acuerdos bilaterales podría traer mejores resultados para los intereses del país: términos de negociación más adecuados, un acceso directo a los mercados globales y una diversificación de las relaciones comerciales son algunas de las ventajas que Argentina podría aprovechar si decidiera flexibilizar su posición.
Sin embargo, en un escenario global cada vez más complejo y competitivo, negociar de manera independiente podría ser muy desafiante para Argentina, especialmente por la fragilidad de su economía, lo que la dejaría en una posición más débil a la hora de comerciar.
También está la posibilidad de asociarse, cuya ventaja sería mantener los acuerdos de cooperación en materia social –los más importantes para los ciudadanos–, junto con la posibilidad de acordar un nuevo tratado comercial con el grupo. Pero, en ese caso, Argentina tendría voz pero no voto en la toma de decisiones del bloque regional.
De retirarse, tal como detalla La Nación, Argentina perdería muchos privilegios comerciales, principalmente la prioridad para vender sus productos y tarifas más beneficiosas al importar o exportar dentro del Mercosur. Esto, por otro lado, le daría la posibilidad de negociar tratados con otros países sin las limitaciones que impone el Mercosur, lo que podría impulsar la competitividad y el desarrollo económico a través de nuevos mercados.
Hay que tener en cuenta que las economías sudamericanas son, en su mayor parte, competitivas y no complementarias. Es por eso que a Argentina puede convenirle comerciar con China, India o Estados Unidos por ejemplo, en vez de comerciar con Brasil o Uruguay, ya que la mayoría de los productos intercambiados dentro del bloque pueden ser producidos localmente.
Chile, por ejemplo, al estar asociado, aprovecha las ventajas de pertenecer al mercado laboral y de libre movimiento del Mercosur, y puede también negociar acuerdos comerciales directamente con otros países.
Desde mi experiencia personal, al haber emprendido en EE.UU., pude comprender la importancia de hacer negocios con pocas trabas en los mercados internacionales. Pertenecer tanto a un bloque comercial importante, como el Mercosur, así como firmar tratados con otros países o bloques puede traer muchos beneficios. Un impulso así a la economía del país le permitiría competir globalmente, fomentando el desarrollo tecnológico y la innovación.
Haciendo un balance, en caso de que Argentina se fuera del Mercosur para permitir negociar tratados de manera independiente, sería prudente que se mantuviera como país asociado. De esa forma, puede suscribirse a los acuerdos que considere beneficiosos, como los que forman el bloque laboral de libre movimiento, a la vez que evita las restricciones actuales para comerciar.
Siguiendo el ejemplo de Chile, que logró equilibrar su asociación con el bloque con su participación en la economía mundial, Argentina podría aprovechar las ventajas del Mercosur sin perder de vista las oportunidades en el resto del mundo.
El presidente libertario argentino, Javier Milei, ha generado controversia al cuestionar la permanencia de Argentina en el Mercosur, el bloque de integración regional conformado por países sudamericanos. En una entrevista con Bloomberg, Milei calificó al Mercosur como una «unión aduanera que favorece a empresarios prebendarios» y que «perjudica a los argentinos de bien». Estas declaraciones han llevado a especulaciones sobre las posibles consecuencias que tendría una salida de Argentina del bloque.
El Mercosur, también conocido como el «Mercado Común del Sur», fue originalmente establecido por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Con el tiempo, se sumaron Venezuela -actualmente suspendida- y Bolivia, que acaba de ser aceptada. Además, se asocian países como Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Surinam y Perú.
El objetivo principal del Mercosur es propiciar un espacio común que genere oportunidades comerciales y de inversiones a través de la integración competitiva de las economías nacionales al mercado internacional. Para lograr esto, los miembros acuerdan un régimen de comercio que se aplica de manera uniforme y negocian conjuntamente acuerdos comerciales con otros bloques o países extranjeros.
Sin embargo, esta integración regional también implica obligaciones y limitaciones para los países miembros. Entre ellas, destacan las tarifas arancelarias aplicadas al comercio de bienes y servicios dentro del bloque. A diferencia de la Unión Europea, el Mercosur no es un mercado libre, ya que las tarifas de importación son acordadas mutuamente y son más bajas en comparación con las aplicadas a países no miembros.
Además, los miembros del Mercosur no pueden celebrar tratados comerciales de manera independiente con otros países. Esta falta de libertad para negociar acuerdos bilaterales es lo que Milei critica, ya que considera que Argentina estaría mejor posicionada para aprovechar nuevas oportunidades de comercio si no estuviera atada a las restricciones del bloque.
No obstante, una posible salida del Mercosur plantea retos para Argentina en un escenario global cada vez más complejo y competitivo. Negociar de manera independiente podría resultar desafiante para el país, especialmente dada la fragilidad de su economía. Esto podría dejar a Argentina en una posición más débil frente a otros países y bloques en términos comerciales.
Por otro lado, si Argentina decidiera retirarse del Mercosur, perdería ciertos privilegios comerciales que actualmente tiene dentro del bloque. Sin embargo, también tendría la posibilidad de negociar tratados con otros países sin las limitaciones que impone el Mercosur, lo que podría impulsar su competitividad y desarrollo económico a través de nuevos mercados.
Es importante considerar que las economías sudamericanas, en su mayoría, son competitivas y no complementarias entre sí. Por lo tanto, Argentina podría beneficiarse más al comerciar con países como China, India o Estados Unidos en lugar de comerciar principalmente con países del Mercosur que producen productos similares a los suyos.
Siguiendo el ejemplo de Chile, que logró equilibrar su asociación con el Mercosur con su participación en la economía mundial, Argentina podría buscar un balance. Mantenerse como país asociado al bloque le permitiría aprovechar las ventajas del Mercosur, como el mercado laboral de libre movimiento, a la vez que estaría en condiciones de suscribir acuerdos beneficiosos fuera del bloque.