Las elecciones presidenciales de EE.UU. están ampliamente determinadas por media docena de estados altamente disputados, pero Trump parece no tener lo necesario para ganarlos
Adiferencia de las palabras conciliadoras después de su triunfo en Iowa, el expresidente Donald Trump se mostró molesto porque Nikki Haley no se retiró de la carrera primaria republicana tras ser derrotada en New Hampshire.
Durante la noche electoral de Iowa, Trump se refirió a sus contrincantes como «personas muy inteligentes, personas muy capaces», en cambio ayer se burló de Haley llamándola una «impostora» que había «cantado victoria» a pesar de haberlo hecho «muy mal».
A pesar de ganar con el 54 % de los votos, por encima de 43 % obtenido por Haley, el expresidente tiene razones para preocuparse, no solo por no tener completamente libre el camino como deseaba, sino porque los resultados dejan ver su mayor debilidad: los independientes y moderados.
No es un asunto menor, pues las elecciones presidenciales de Estados Unidos están ampliamente determinadas por media docena de estados altamente disputados, lo que le da una influencia descomunal a los independientes y moderados en esas plazas electorales.
Ente los republicanos moderados solo uno de cada cinco eligió a Trump y alrededor de tres cuartas partes votaron por Haley
Alrededor del 35 % de los votantes en la contienda de New Hampshire se consideraron moderados o liberales, el tipo de votante que será fundamental en las elecciones generales de noviembre y solo uno de cada cinco de estos votantes eligió a Trump, y alrededor de tres cuartas partes votaron por Haley, según los resultados de la encuesta a boca de urna.
«La coalición de Trump es estática y predecible. Su base es demasiado pequeña para ganar una elección presidencial», dijo a Reuters el estratega republicano Chuck Coughlin, con sede en Arizona, tras conocer estos resultados.
Por su parte, Joe Trippi, un estratega demócrata, dijo que la encuesta a boca de urna reforzó que apuntar a los independientes y a los republicanos moderados tenía que ser una parte clave de la estrategia de Biden contra Trump.
Sin embargo, New Hampshire, un estado pequeño y abrumadoramente blanco del noreste de Estados Unidos que ha votado por los demócratas en las últimas elecciones presidenciales, no es necesariamente representativo de los estados indecisos o de la sociedad estadounidense en su conjunto.
2 a 1 en gasto de campaña
Haley, ha sido, con diferencia, la ganadora en cuanto a gasto de campaña en las primarias de New Hampshire. Tres grupos de apoyo financiero, conocidos como súper PAC, que respaldan a Haley (SFA Fund, Americans for Prosperity e Independents Moving the Needle) gastaron más de 24 millones de dólares en anuncios de televisión, radio y digitales dirigidos a los votantes de New Hampshire, según datos de AdImpact.
Sumado a los 4,7 millones de dólares invertidos por la propia campaña de Haley supera encasi el doble los 15,3 millones de dólares que ha gastado en anuncios de televisión la campaña de Trump y su súper PAC, MAGA Inc.
La enorme ventaja monetaria detrás de Haley muestra cuánto estaba en juego para ella en New Hampshire y su propósito de capitalizar su marca como la única moderada que resta en la contienda republicana.