El primer ministro francés, Gabriel Attal, refrendó la oposición de su país al acuerdo como una manera de calmar la revuelta de los agricultores franceses, que bloquean carreteras y autopistas.
El gobierno no ha dejado de buscar acelerar todo tipo de acuerdo comercial que le resulte provechoso, a su entender, para Uruguay. Sin embargo, y pese a las gestiones de las últimas horas del canciller Omar Paganini en Brasilia, el tan postergado acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, que tras 20 años de negociación registró avances, se topó con una nueva negativa de Francia que pone en suspenso su concreción.
El primer ministro francés, Gabriel Attal, refrendó este viernes la oposición de su país al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur como una manera de calmar la revuelta de los agricultores franceses, que bloquean numerosas carreteras y autopistas, descontentos con sus condiciones de vida.
“Como ya anunció el presidente de la República (Emmanuel Macron), Francia se opone a la firma del tratado del Mercosur. Lo digo alto y claro”, dijo Attal ante un grupo de agricultores en una explotación ganadera en el departamento de Alto Garona, ubicada al sur de Francia.
Este acuerdo comercial, que llevó décadas de negociaciones, tuvo un punto de inflexión en 2019 cuando se llegó a un acuerdo político entre el bloque europeo y los países del Mercosur.
El principio de acuerdo comercial aún no ha sido ratificado y su negociación se ha dilatado con la incorporación del anexo, para reforzar la lucha contra la deforestación y otros asuntos traídos a la mesa por ambas partes.
El gobierno de Luis Lacalle Pou intentó darle impulso desde el Mercosur, aunque en el último tiempo, con expectativas moderadas ante los diversos reparos que surgían.
De todos modos, los esfuerzos siguen estando dirigidos en concretar la postergada firma. “Tenemos que avanzar significativamente ahora, antes de la Conferencia Ministerial” de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Dubái, “ese podría ser un marco propicio para la firma del acuerdo”, manifestó días atrás el canciller a El País.
Esta semana, las delegaciones de ambos bloques estuvieron reunidas en Brasilia, donde se llevaron adelante diversos intercambios técnicos y políticos.
“Estamos expectantes de reconfirmar la capacidad de liderazgo de nuestros socios. ¿Qué quiero decir? Que Uruguay valora este momento como una oportunidad única de demostrar, como muchas veces se ha dicho, que en el Mercosur: ‘juntos somos más’. Si es así, tenemos que ser capaces de, entre todos, cerrar este necesario acuerdo”, dijo Paganini.
Sin embargo, los mensajes que llegaron desde Francia, un país que enfrenta importantes manifestaciones de los agricultores locales, no son alentadores.
Para el primer ministro francés, ese tipo de acuerdos como el que pretenden firmar la Unión Europea y el Mercosur “son una ley de la jungla”, que termina por afectar a los agricultores franceses.
El portazo del gobierno francés a ese acuerdo -que quedaría así invalidado porque los 27 parlamentos de los Estados miembros de la UE han de refrendarlo- ya lo había anunciado en diciembre en la Cumbre de la COP28 el propio Macron, quien alegó la falta de reciprocidad de normas medioambientales entre Europa, consideradas las más exigentes del planeta, y el Mercosur.
La negativa de Francia sucede dos días más tarde de que los cancilleres del Mercosur, en un encuentro en Asunción, diesen por sentado la disposición de sus países de avanzar en la negociación de los asuntos pendientes con la Unión Europea, con miras a concretar la firma de un acuerdo equilibrado “a la brevedad posible”.