Zelenski habría destituido al general Zaluzhny, pero la intervención de EE.UU. y Reino Unido le llevó a dar marcha atrás
Las relaciones entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y su alto mando pasan por su peor momento.
Durante la jornada del martes, un sinfín de rumores apuntaban a que el popular general Valery Zaluzhny –comandante de las fuerzas armadas ucranianas y cerebro de las grandes ofensivas de septiembre de 2022 que permitieron reconquistar la región de Jarkov y gran parte de la de Jersón– había sido destituido.
Unos rumores alimentaron a otros, y la noticia sin confirmar de la destitución llevó a la noticia, también sin confirmar, de su sustitución por el general Budanov, jefe de los servicios de inteligencia militar ucranianos.
El exdiputado hostil a Zelenski, Boryslav Bereza, echó más leña al fuego al asegurar que la información era cierta. Lo mismo hizo el diputado Oleksii Honcharenko: «Zaluzhny anunció su renuncia, pero aún no se firmó el decreto», aseguró.
El Ministerio de Defensa desmintió rápidamente la noticia: «no, no es cierto». Lo mismo hizo el secretario de prensa de la presidencia, Serhii Nykyforov, que aseguró que Zelenski no había destituido a Zaluzhnyi.
Sin embargo, a nadie se le escapa que todo este ruido es demasiado ensordecedor como para que todo fuera mentira. Algo ha ocurrido en las altas esferas de Kiev, de lo contrario, no estarían temblando los pilares del gobierno ucraniano.
Según la narración de los hechos realizada por el británico The Times, Zelenski llevaba tiempo tratando de encontrar el modo de destituir a Zaluzhny.
La creciente popularidad del general, los rumores que indicaban que podría presentarse como rival de Zelenski en unas futuras elecciones, el fracaso de la pasada contraofensiva ucraniana después de los optimistas mensajes de Zaluzhny y, sobre todo, las críticas en un artículo en The Economist, rompieron las relaciones otrora buenas entre ambos.
Señala The Times que Zelenski convocó al general a su despacho el lunes. Tras reprocharle a la cara que sus evaluaciones sobre la guerra eran erróneas, excesivamente positivas y poco realistas, lo que llevó a una estrategia fallida durante la contraofensiva, le pidió su dimisión.
El general Zaluzhny se negó a dimitir, y el presidente Zelenski, entonces, le comunicó que firmaría un decreto con su destitución.
Acabada la reunión, el jefe regresó a su oficina y comunicó lo sucedido a sus ayudantes: «Toca empaquetar mis cosas», dijo.
La noticia se filtró a la opinión pública y rápidamente se extendieron los rumores. Las redes sociales ucranianas se volvieron un hervidero de críticas a Zelenski y mensajes de apoyo a Zaluzhny.
Sin embargo, fue la intermediación de Estados Unidos y Reino Unido lo que llevó a la rectificación de Zelenski.
Según The Times, Estados Unidos y Reino Unido expresaron directamente a Zelenski su preocupación por el enfrentamiento y la destitución del general, y le pidieron que rectificara, lo que el presidente terminó haciendo.
En el fondo del conflicto reside un choque entre las personalidades fuertes de ambos líderes, la tensión por el estancamiento de la guerra y la falta de comprensión de Zelenski sobre las relaciones de confianza entre militares en el Ejército ucraniano.
«Los militares confían en Zaluzhny, y si Zelenski quiere que los militares confíen en él, necesita confiar a su vez en Zaluzhny», declaró a The Times una fuente cercana al comandante.