El ministro de Economía habló para La Nación + y sostuvo que la Ley ómnibus iba a combatir «los curros y los kioskos» en el sector público. «Veo todas las empresas y todo es un curro. En todos lados hay kioscos», dijo
Pese a ser primo de Nicky, el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, aseguró que en la obra pública «todo es curro y kiosko», y apuntó contra quienes se opusieron a la Ley ómnibus.
Ahora que tengo el área de Infraestructura, veo todas las empresas y todo es un curro. Que quede claro para la gente, es así. En todos lados hay kioscos», dijo Luis Caputo en diálogo con La Nación +, y sostuvo que la Ley ómnibus «va también a combatir eso».
Las declaraciones de Toto Caputo resultan llamativas ya que para 2015, según los estados contables de Caputo S.A. a los que accedió Página 12, la mayoría de las obras públicas finalizadas eran en la Ciudad de Buenos Aires y se las había adjudicado la gestión de Macri como jefe de gobierno. Eran siete: adecuación de edificios escolares porteños; mantenimiento y limpieza de hospitales de la Ciudad; ampliaciones en el Hospital Tornú; obras en el Liceo 9; demoliciones en el Parque de la Ciudad para la futura Villa Olímpica; contrato con el Ministerio de Educación para obras en cinco escuelas; con el Ministerio de Ambiente y Espacio Público se pactó el mantenimiento de espacios verdes. Por fuera de la Ciudad, solo se menciona el proyecto museográfico en la ExEsma y otro con la Municipalidad de San Martín en la provincia de Buenos Aires.
En etapa de ejecución también aparecen contratos para hospitales de la Ciudad (Ramos Mejía, Tornú, Moyano, Ameghino y Dueñas), mantenimiento en edificios escolares porteños más un plan general de adecuación; obras de instalaciones eléctricas para el Ministerio de Desarrollo Urbano porteño y otras para el Palacio Lezama; un plan de mantenimiento y correctivo en el Microcentro; más contratos con Ambiente y Espacio Público para áreas verdes; la construcción de un paso bajo nivel en Avenida Congreso. Con reparticiones nacionales figuraban en desarrollo: una obra en la Anmat; la del hospital Posadas; el Museo Malvinas; y el hospital del Bicentenario en Esteban Echeverría.
Por otra parte, el ministro de Economía cruzó a los legisladores opositores que se opusieron al proyecto: «No se están muriendo porque nos vaya bien. Algunos tienen vocación de servicio, otros defienden negocios».
«Nosotros tenemos por un lado el paquete económico y por otro la ley. Juegan dos roles diferentes. El paquete está hecho para estabilizar la economía, para que la gente no sufra más lo de las últimas décadas, que es devaluación, inflación y deuda», dijo.
Para muchos el Messi de las Finanzas y para otros el Chanta de América
Se trata del exministro de Finanzas y expresidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri.
El «Messi de las Finanzas», como lo describió Macri, fue uno de los creadores del préstamo con el FMI y las condiciones que llevaron al default en pesos de 2019. También fue el impulsor del bono a 100 años que se colocó durante la gestión del expresidente.
“Toto” Caputo fue un economista de relevancia durante el gobierno del expresidente Mauricio Macri. Se desempeñó como presidente del Banco Central y como secretario y luego ministro de Finanzas. Tampoco se pronunció al respecto todavía; sin embargo, las últimas definiciones en torno a cargos orbitantes del ministerio de Economía, como la presidencia del Banco Central, van en ese sentido.
Caputo -a quien Macri bautizó “el Messi de las finanzas”- definió su incorporación al próximo gobierno en una reunión con el jefe de Gabinete de Milei, Nicolás Posse, según informó TN. El último encuentro fue ayer al mediodía en el Hotel Four Seasons.
“Caputo es una persona que está en condiciones de estar en el cargo, con la experiencia necesaria para desarmar la situación que tenemos”, indicó el presidente electo.
Fuentes consultadas por La Nación indicaron que entre los pedidos de Caputo para asumir al frente de Economía estaría el manejo de ciertas “botoneras”, entre ellas, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses. Por ese motivo, se habría bajado del manejo del organismo la excandidata a gobernadora bonaerense, Carolina Píparo.
Pragmático
Caputo es licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires y profesor de Economía y Finanzas en la Universidad Católica Argentina. Tuvo un paso por el banco JP Morgan como jefe de Trading para América latina entre 1994 y 1998 y un posterior ingresó al Deutsche Bank, donde llegó a presidir la sede argentina. En el sector privado también condujo la administradora de fondos comunes de inversión Axix y fue director de la distribuidora y comercializadora de electricidad Norte.
En 2015, Caputo fue nombrado secretario de Finanzas de la Nación por Macri, y en 2017 asumió como ministro de Finanzas de la Nación, cuando la secretaría se transformó en ministerio.
Fue una de las piezas clave junto al entonces ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, en la negociación que llevó adelante la Argentina con los fondos buitres. Durante su gestión formalizó el pago de 9.300 millones de dólares a estos fondos con la aprobación del Congreso, para salvar a la Argentina del default.
Caputo fue presidente del Banco Central entre junio y septiembre de 2018, sucediendo a Federico Sturzenegger. “Dato Clave: en ese período las Lebac (hoy Leliq) se redujeron en un 30%. Canjeó esos títulos por deuda del Tesoro”, escribió en X el economista Ivan Carrino.
Una mancha en su carrera fue la mención de su nombre en los Paradise Papers del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). Allí se reveló que Caputo tenía vínculos con fondos de inversión offshore en Islas Caimán, Delaware y Miami.
Caputo es primo hermano de Nicolás Caputo, empresario de la construcción y “hermano del alma” de Macri. La cuestión familiar y personal es una de las pocas dudas que mantenía Caputo hasta ayer, según pudo saber La Nación de fuentes cercanas al economista. El viernes pasado, les ofrecía un no rotundo a quienes lo consultaban sobre ocupar el Ministerio de Economía. A mediados de esta semana, seguía diciendo que no, pero con menos contundencia.