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Caleta Olivia. Por Natalia Quilis, docente en Lengua y Literatura
Titulé este articulo con la frase de alguien que fue mencionado en 1996 como “Mensajero mundial de la paz” por la UNESCO y nominado al Premio Nobel de La Paz en 2008. Facundo Cabral, quien fue asesinado en Guatemala en 2011 habiendo nacido en la ciudad de La Plata.
Resulta que siempre encuentro frases muy acertadas filosóficamente hablando, pensamientos absolutamente sabios y la cita es la del cantautor, poeta y filósofo; al que, luego de tanto encontrarlo, la curiosidad me llevó a investigar , ya que, si bien es popular, no me convencía el hecho de que haya un pensador que llamara tanto mi atención por su brillantez y de quien yo supiera tan poco.
Así fue como me dispuse a buscar la información de quien no es mi propósito explayarme pero, sin embargo, si pretendo, ahondar en su reflexión.
En una entrevista que circula por facebook, el artista, reflexiona sobre la actitud humana ante el diario y entonces suelta frases contundentes, con las cuales pone sobre la mesa su filosofía o razonamiento de la vida misma y de cómo la captamos.
Cuando escucho a” Pilar Sordo” actual analista social quien también haciendo especies de stand up, va por el mundo reflexionando sobre nuestra capacidad de percepción de la existencia, encuentro reflexiones similares en las cuales habla sobre el negativismo reinante a través de la palabra, luego leo a Jesús quien además de Dios, fue un gran pensador, guía y filósofo, el cual afirmó que” la riqueza reside en el corazón” y me digo a mí misma… ¿Por qué no se entiende la realidad? ¿Por qué hay en el ser humano tanta incapacidad de ver?

Niñez
Entonces vienen a mi memoria imágenes de mi niñez –en la cual era feliz con la naturaleza , los amigos y la familia- o imágenes de niños africanos bailando al son de un tambor y sintiendo una alegría y gozo auténticos o de una niña mimando a su mascota- cualquiera fuera- o al Principito con su zorro y su rosa…
Es cuando entiendo el abrazo cálido de mi hija y el refugio que ello me supone, el afecto de mi amiga expresado en un empujón cuando caminamos juntas por la calle, el gozo de un guiso compartido en la mesa familiar, en una situación de absoluta intimidad donde las “normas de buena educación se desdibujan”, porque no importan, la confesión necesaria de un niño en una clase que espera el momento para comentarme que en su vida algo no está funcionando, la desesperación de un padre – como yo- que busca con su mirada un consejo o un abrazo que le haga sentir que su hijo va por buen camino, un padre a quien no le importa escuchar sobre gramática, sino sobre si su hijo se adapta o no a las reglas sociales e institucionales y tiene la capacidad de dejarse moldear y despersonalizar para encajar en la miserable rueda estipulada, aunque no por él, elegida…
Y entre tanto observar y analizar comienza a dolerme el corazón…

“Libertad”
Pienso en el sentido de “libertad” tan mentada y buscada en la actualidad, una libertad que en lugar de ser vivida es desesperadamente hipotetizada…
Y vienen a mi, frases como “vuela alto” soltadas por incoherentes que consideran que somos pájaros y que no comprenden que la libertad reside y se resume, en hacer lo que se siente, sin importar si alguien más lo avala, porque ser libre no significa “no hacerse cargo de uno mismo” sino que es todo lo contrario; conocerse, aceptarse, hacerse cargo de quien soy, escucharme y entender que es lo que me hace feliz a mí, no es necesariamente, ni en la mayoría de las ocasiones, lo que hace feliz al otro.
Quien soy significa aceptar mi desnudez, mis sentimientos, mis deseos y respetarme ,porque son tan válidos como solo yo, los avale. Porque en realidad no hay moldes para “ser” , porque la felicidad y la paz personal no residen en lo que otros crean que es bueno para mí, porque en realidad somos únicos y quien realmente te ame, respetará tus partes y jamás intentara fragmentarlas.
Solo te aceptará como sos, con tus sueños, – por simples o extravagantes que fueran-, con tus sentimientos y deseos, con tu entidad a pleno.
En fin, a veces tomamos por amigos o afectos o afines a las personas equivocadas, que no respetan nuestra naturaleza y es así que nos vamos fragmentando, hasta el punto de sentir que somos nada, dejamos las cosas simples, en pos de agradar a otros y es entonces que nos olvidamos de lo más importante, de nosotros mismos, de lo que somos y en ese fragmentarnos, perdemos las sonrisas, los deseos, los placeres, en fin la vida misma. Quienes somos. Nuestra auténtica identidad.

Imperfectos
Creo que el mundo está lleno de zombis que no saben quiénes son y eso es lo que los hace imperfectos, solo moldes igualados, que han perdido su color propio, entonces se han vuelto grises y están enojados, van por el mundo buscándose a sí mismos y pidiendo referencias de donde pueden encontrar sus fragmentos.
Sin mirarse a ellos mismos, lastimosos. Lastimados… buscando y exigiendo amor en los demás. Porque sencillamente, no supieron amarse, perdiendo su rumbo, siguiendo rutas ajenas…
No busques fuera lo que está dentro, sería, en resumen, una frase muy dicha, aunque no tan comprendida… Porque siguen corriendo de un lado a otro tratando de encontrar lo mismo que desecharon. A sí mismos…
Cierro evocando el título ya que no tengo más perfecta remisión al presente comentario, “La gente no quiere ser feliz” dice Facundo. Y cierro diciendo yo:
Búscate a ti mismo, tus deseos, sueños, valores y solo así serás feliz; siendo sencillamente, ni más ni menos que quien sos porque no sos ni más ni menos que nadie. Porque la fórmula de TU felicidad, solo la tenés vos. No te fragmentes ya que si no te amas a ti, tampoco podrás amar a otros.
Sé como el ermitaño y cuando encuentres tu luz, podrás iluminar a otros, puesto que de gente apagada, el mundo ya está repleto.
Resumiendo,” no pretendas dar amor o respeto, si no te has amado y respetado a ti mismo primero ya que es imposible dar, aquello, que no te es propio”…