Cada 1 de junio se conmemora el “Día Internacional de la Infancia” que fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1956. Para celebrar este día, la ONU invitó a todos los países a promover actividades que involucren de manera directa a niñas y niños como sujetos de derechos. En este marco la Dra. Valeria El Haj, señala la importancia de tratar una de las enfermedades más comunes en la infancia y recurrente en esta época del año, la bronquiolitis.
Ante la aparición de los primeros días de frío invernal aumenta el riesgo de contraer algunas enfermedades respiratorias causadas por virus o bacterias que afectan sobre todo a los niños: gripe, faringitis, amigdalitis, otitis, laringitis, neumonía y bronquiolitis son algunas de las patologías más comunes que comprometen la salud de los más pequeños.

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El riesgo de enfermar en esta época del año aumenta por diferentes motivos, uno de ellos es que las defensas naturales del cuerpo bajan y, por otro lado, ciertos virus, como por ejemplo el de la gripe, resisten al frío y pueden trasladarse con mayor facilidad de una persona a otra.
La Dra. Valeria El Haj, destaca: “un factor clave que facilita el contagio de estas enfermedades es la contaminación domiciliaria, provocada por la falta de ventilación, la permanencia prolongada en espacios cerrados y el contacto de los niños con personas adultas o enfermas”.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de la bronquiolitis?

La bronquiolitis es una infección respiratoria aguda que ocurre con mayor frecuencia en los meses de otoño-invierno y afecta sobre todo a los menores de 1 año. Puede ser causada por distintos virus; el más común es el Virus Sincicial Respiratorio (VSR).
Los signos y síntomas iniciales son catarro, congestión nasal, tos y fiebre leve que puede no estar presente. Cuando el virus avanza, se pueden comprometer las vías aéreas más pequeñas, generando la inflamación de los bronquiolos y provocando distintos grados de dificultad respiratoria.
Es muy importante solicitar una consulta médica de urgencia, si se observa respiración rápida, aleteo de la nariz, hundimiento entre las costillas al respirar, quejido respiratorio, rechazo a la alimentación o presencia de color azulado en la piel, uñas o labios.
Al igual que ocurre con otras patologías, hay grupos de mayor riesgo, entre ellos los niños menores de 3 meses, los recién nacidos prematuros y aquellos que tienen problemas crónicos de salud, como cardiopatía y enfermedades pulmonares crónicas o autoinmunes.

¿Cuál es el tratamiento de esta enfermedad?

“No existe un tratamiento específico para este virus, la buena evolución de los pacientes dependerá del mantenimiento de una adecuada oxigenación y de las medidas de apoyo respiratorio que se adopten, como la suplementación de oxígeno mediante cánulas, mascarillas u otros métodos según indicación médica”, señala la Dra. El Haj.
Además, se debe asegurar la correcta hidratación y alimentación del paciente, y el tratamiento de cualquier complicación que pudiera surgir en la evolución que dura aproximadamente unas dos semanas.
Hoy en día se dispone de un anticuerpo especial que se aplica durante los meses del invierno, para prevenir internaciones en los niños menores de 1 año que fueron prematuros de muy bajo peso al nacer y en aquellos con cardiopatías congénitas.

¿Cómo se puede prevenir la bronquiolitis?

Las infecciones respiratorias frecuentes en niños pequeños, tales como la bronquiolitis, se pueden prevenir adoptando las siguientes medidas:

– Mantener la lactancia materna.
– Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.
– No exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de braseros o estufas a leña.
– Higienizar frecuentemente, con agua y jabón, los elementos del bebé (chupetes, juguetes) y las superficies donde se lo cambia o donde se preparan sus alimentos.
– Practicar el lavado de manos frecuente, a los niños y a los convivientes, con agua y jabón. Se puede reforzar la higiene con alcohol en gel.
– Ventilar los ambientes de la casa al menos una vez al día.
– Mantener alejados a los bebés de las personas que están resfriadas o tienen tos.
– Si los cuidadores principales tienen alguna infección de las vías respiratorias deben lavarse las manos, especialmente antes de alzar, cambiar o alimentar al bebé. Pueden usar el tapaboca como medida de apoyo, para evitar el contagio por secreciones.
– No se debe colocar tapabocas en los niños menores de 2 años.
– En los niños con más riesgo de bronquiolitis grave (menores de 3 meses, prematuros, con enfermedades crónicas) no está recomendada la asistencia al jardín maternal.
Los virus que causan infección respiratoria aguda se transmiten de una persona a otra por el contacto directo entre las manos y superficies contaminadas, y a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando una persona enferma habla, estornuda o tose, explican.

Pronóstico de los niños que desarrollan esta enfermedad

“El pronóstico de la mayoría de los niños que desarrollan bronquiolitis aguda es muy bueno con una mortalidad < 1%. La mortalidad de los niños previamente sanos es muy baja, pero en aquellos con factores de riesgo es elevada, habiendo llegado en cardiopatías congénitas al 37%, aunque actualmente y gracias a los avances en las técnicas de soporte es < 4, explica la especialista. Y agrega que, “la morbilidad a largo plazo es muy variable pero algunas publicaciones sugieren que entre el 30 y el 60% de los niños con bronquiolitis desarrollan tos y sibilancias en los años subsecuentes”.