A pesar de ser una de las tres únicas industrias generadoras de divisas netas para el país, las trabas a las importaciones de insumos esenciales ya perjudican la producción minera de oro y plata, y la construcción de los proyectos de litio y cobre.
Desde la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) se emitió un comunicado en el que hacen pública su preocupación ante la continuidad de las demoras en los procesos de aprobación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y del Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior (SIRASE), y la falta de perspectivas de una solución. Esta situación ya perjudica la producción de los proyectos mineros. “Para nuestra industria es esencial saber que podremos acceder a los insumos para producir y continuar con la construcción de las ampliaciones y los nuevos proyectos”, expresan.
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La problemática se viene arrastrando desde inicios del año y a pesar de los recientes cambios puestos en marcha, pone en riesgo el ritmo de producción, con posibilidad de que esta llegue a detenerse por completo. Esto demora las ampliaciones de los yacimientos y la construcción de nuevos emprendimientos y frena la llegada de divisas. También daña a toda la cadena productiva de proveedores, compuesta mayormente por pymes, que son las que dinamizan las economías regionales.
Todo esto se ve profundizado además por un contexto de baja en los precios de los metales (considerando que el 80% de las exportaciones nacionales corresponden a oro y plata) y por un incremento de los costos productivos, que en el último año ronda el 30% en dólares.
La minería es una industria con una balanza comercial netamente exportadora y fue uno de los 3 únicos sectores que en 2021 produjo ingreso neto de divisas para el país. De allí la importancia de que siga produciendo y creciendo. A esto se suma que genera más de 90.000 empleos y brinda aportes al Estado por $ 107.000 millones anuales, se indicó.
Para este año, se prevé exportar U$D 3.800 millones y en los próximos 10 años se podría triplicar esta cifra, con exportaciones anuales por U$D12.000 millones e inversiones por más de U$D20.000 millones si se sostuvieran las condiciones internacionales y se generara el contexto nacional adecuado. Esto incluye, primordialmente, la posibilidad de que se regularicen las importaciones.
“Cada dólar que utiliza la minería vuelve al país multiplicado en divisas, aportes impositivos, empleo de calidad, generación de infraestructura y desarrollo regional. Con esta base, insistimos en la necesidad de llegar a una solución, a fin de que se pueda garantizar el volumen de exportaciones proyectadas para 2022 y los beneficios que de ello se derivan para el país”, cierra el comunicado.