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Como decía el histórico conductor y periodista “Pancho” Ibañez, “todo tiene que ver con todo”. Y esto aplica para cualquier ámbito, incluso para la política. En el escenario actual, cuando se observa lo el panorama “macro” de la política, es evidente que tendrá una incidencia en lo “micro”.
Ya no se trata de “señales” se trata de “decisiones” y es así que podría leerse la determinación del gobierno de Alicia Kirchner de no sumarse al encubierto plan “platita” que el Ministro de Economía y candidato a presidente Sergio Massa impulsa para el pago de un bono extraordinario para “todo”.
Se trata del pago de un bono no remunerativo de $60 mil, (30.000 en septiembre y el resto en octubre) anunciado el pasado domingo, destinado a trabajadores estatales y del sector privado. Pero la medida, que se intenta implementar como un paliativo al deterioro salarial producto de la intempestiva devaluación –pos la virtual derrota electoral en la PASO – hasta ahora sólo ha cosechando rechazos en el sector privado, pero también en las provincias gobernadas por el oficialismo.
Es que la idea era calmar los ánimos de cara a las generales de octubre y mostrar una “decisión” de sostener la política de “no ajustar” el gasto social; pero ocurre que, en la mayoría de los distritos, los gobernadores ya han jugado su continuidad y no consideran que este nuevo “gasto” les sea de utilidad.
Desde que el “ministro-candidato” anunció la medida 12 provincias se sumaron al rechazo de pagar la compensación salarial propuesta por el Gobierno.
En el caso de Santa Cruz, se había llevado a cabo una medida similar antes de las elecciones de agosto, y los resultados no favorecieron al kichnerismo, por lo cual, la gobernadora no encuentra sentido a nuevamente “repartir” plata; si ya han perdido la gobernación. Por otra parte, “todos” los recursos del oficialismo en Santa Cruz apuntan a sostener sus bastiones municipales en octubre y está claro que el dinero “en grandes cantidades” estará disponible para esto.

Plata por votos

Para justifica el “no” pago del bono extraordinario de Massa, debió salir el ministro de Gobierno de Santa Cruz, Leandro Zuliani argumentando que la provincia fue la primera jurisdicción en otorgar una suma fija a los empleados públicos provinciales. Precisamente esto fue semanas antes de las elecciones; cuando recrudecían los reclamos sectoriales de parte de la administración pública, mientras eran “obligados” a militar, asistiendo a actos de la campaña proselitista y se los “amenazaba” para que no hicieran públicos sus reclamos; algo que solo el sector docente desoyó. En cambio, el resto de los gremios que dicen representar a los empleados estatales, convalidaron el “bono” a cambio de “silenciar” los reclamos crecientes en cada sector de la administración pública.
Según el gobierno, aquella “suma fija” alcanzó a “58 mil agentes del sector activo y pasivo de los tres poderes del Estado y consistió en un Bono Extraordinario de 100 mil pesos para quienes ganan un salario bruto inferior a 300 mil pesos, y de 60 mil pesos, para quienes superan ese monto de salario bruto”.
Esta medida “extraordinaria” no solo no tuvo efecto electoral, sino que además “recalentó” los ánimos ya que, promediando el mes de agosto, casi la mitad de los estatales santacruceños perdía contra la inflación.
Claramente, este “dispendio” de dinero no tuvo efecto y la ecuación “plata por votos”, no cerró.