Todos hemos sentido ansiedad o preocupación de vez en cuando, especialmente cuando una persona tiene que enfrentar situaciones que pueden resultar estresantes como hablar en público o ir a una entrevista de trabajo. Esto ocurre porque la ansiedad es una emoción común y normal de las personas frente a situaciones estresantes y de incertidumbre y la emoción cumple una función útil que permite adaptarnos a la vida.  Este tipo de ansiedad puede hacerte estar alerta, ayudándote a ser más productivo y a realizar el trabajo de manera más eficiente.  Hay momentos en los que la ansiedad más que resultarnos útil se convierte en un obstáculo para llevar una vida normal. Esto ocurre cuando aparecen síntomas de ansiedad sin motivos aparentes, o bien, que el nivel de ansiedad ante un acontecimiento es totalmente desproporcionado respecto al peligro real que supone.

Es definitivo para el diagnóstico de ansiedad que ésta genere un malestar importante o que interfiera en la vida normal de la persona.  El problema surge cuando varios síntomas asociados con la ansiedad provocan angustia o algún daño funcional en la vida de la persona que lo sufre, pues afecta al funcionamiento en diferentes áreas de su vida. Por ejemplo: las relaciones sociales y familiares, el trabajo, la escuela. Entonces se diagnostica el trastorno de ansiedad.  Las emociones presentes en los trastornos de ansiedad van desde el simple nerviosismo a episodios de terror o pánico.

Se diagnostica un trastorno de ansiedad cuando una persona:

  • Tiene una respuesta extrema (por ejemplo, mucho miedo) ante una situación
  • No puede controlar su reacción
  • Altera su forma de vida debido a la ansiedad (por ejemplo, no sale a la calle, evita hablar o comer en público, etc.)

Es importante prestar atención a los síntomas para prevenir que la persona que los padezca sufra crisis más severas.

Los trastornos de ansiedad son muy comunes y existen tratamientos efectivos.  Con un tratamiento apropiado las personas que lo sufren pueden aprender a manejar y controlar mejor sus síntomas y a mejorar su calidad de vida.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

¿Te sientes extremadamente preocupado por todo lo que te pasa en la vida, aunque tengas pocas razones, o ninguna para estarlo? ¿Te sientes muy ansioso con tan solo tener que lidiar con las cosas de cada día? ¿Tienes miedo de que todo siempre te salga mal?

Si es así, puede que tengas un trastorno de ansiedad llamado trastorno de ansiedad generalizada (TAG).

Todos nos preocupamos por cosas como la salud, el dinero, o los problemas familiares en un momento u otro. Pero las personas que sufren de TAG están sumamente preocupadas por estas y muchas otras cosas, incluso cuando hay poca o ninguna razón para preocuparse por ellas. Hasta llegan a ponerse muy ansiosas con tan solo lidiar con las cosas de cada día. Creen que las cosas siempre van a salir mal.  A veces, las preocupaciones impiden a quienes tienen TAG realizar las actividades diarias.

El TAG se desarrolla lentamente.  Con frecuencia comienza durante la adolescencia o juventud. Los síntomas pueden mejorar o empeorar en distintos momentos, y con frecuencia empeoran en momentos de estrés.

Este tipo de ansiedad se caracteriza por preocupaciones persistentes y excesivas que se hacen imposibles de controlar. La persona con ansiedad generalizada puede preocuparse por cualquier cosa y sufrir constantes temores. Se manifiesta con mucha inquietud, preocupaciones y tensiones excesivas que terminan por volverse crónicas, tienen problemas para dormir y siempre están tensos y nerviosos, son muy temerosos y comúnmente anticipan un desastre. Aún cuando nada parece provocar sus preocupaciones, éstas siempre están activas y su ansiedad es más intensa que la razón que la justifica.  En muchos casos se irritan sin razón alguna, tienden a sentirse cansados y desmotivados, les cuesta trabajo concentrarse, sufren continuamente de tensión muscular en los hombros y en el cuello más que en otras partes del cuerpo, tienen sensaciones en la cabeza, a veces como apretada, hormigueo y sensibilidad, incluso sólo por tocarse el cabello sienten dolor.

Es frecuente que la person sienta los síntomas de ansiedad sin saber exactamente por qué.  Esto afecta al bienestar e incluso puede interferir con las tareas de la vida diaria, ya que tienen la sensación constante de que algo malo va a suceder en cualquier momento. Por ejemplo, una persona con ansiedad generalizada puede pasarse todo el día pensando que su pareja va a tener un accidente de tráfico cuando esté manejando y por eso le llamaría constantemente para saber si está bien. Esta condición tiende a ser crónica y es más común en mujeres, en personas que han abusado de drogas en el pasado, o que tienen antecedentes familiares de ansiedad.

Las personas que sufren del TAG sienten ansiedad y preocupación la mayoría del tiempo, no solo en situaciones que puedan ser estresantes. Estas preocupaciones son intensas, irracionales, persistentes (al menos la mitad de los días durante un periodo mínimo de 6 meses) e interfieren con el funcionamiento normal en la vida diaria (actividades tales como el trabajo, la escuela, los amigos y la familia), pues son difíciles de controlar.

Las personas que sufren del TAG puede que visiten a un médico muchas veces antes de descubrir que tienen este trastorno. Les piden a los médicos que las ayuden a aliviar sus dolores de cabeza o problemas para dormir, que pueden ser síntomas del TAG, pero no siempre obtienen de inmediato la ayuda que necesitan. Los médicos pueden tardarse algún tiempo para asegurarse de que una persona tiene TAG y no otra enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas del TAG? 

Quienes sufren del TAG padecen los siguientes síntomas:

  • Se preocupan demasiado por las actividades de cada día
  • Tienen problemas para controlar sus preocupaciones constantes
  • Saben que se preocupan mucho más de lo que deberían
  • No se pueden relajar
  • Tienen problemas para concentrarse
  • Se sobresaltan con facilidad
  • Tienen problemas para dormir o permanecer dormidos
  • Se sienten cansados todo el tiempo
  • Tienen dolores de cabeza, dolores musculares, dolores estomacales o dolores inexplicables
  • Tienen dificultad para tragar
  • Temblores o tics (movimientos nerviosos)
  • Están irritables, sudan mucho y se marean o les falta el aire
  • Tienen que ir al baño seguido

¿Qué se siente tener TAG? 

“Todo el tiempo me preocupaba por todo. No importaba que no hubiera señales de problemas, simplemente me alteraba. Tenía problemas para dormir por las noches, y no podía mantener la concentración en el trabajo. Me sentía enojado con mi familia todo el tiempo”.

“Consulté con mi médico y le expliqué mis preocupaciones constantes. Mi médico me envió a ver a alguien que sabe sobre el TAG. Ahora estoy tomando medicamentos y trabajando con un consejero para tolerar mejor mis preocupaciones. Tuve que trabajar duro, pero me siento mejor. Me alegra haber hecho esa primera llamada a mi médico.”

¿Cómo se trata el TAG? 

Primero, habla con tu médico acerca de tus síntomas. El médico te realizará un examen para asegurarse de que no sea otro problema físico el que te está causando los síntomas. El médico te puede encaminar a ver a un especialista de la salud mental.

Por lo general, el TAG se trata con psicoterapia, medicamentos o ambos.

Psicoterapia

El tipo de psicoterapia llamada terapia cognitiva-conductual es especialmente útil para tratar el TAG. Te enseña diferentes maneras de pensar, a comportarte y reaccionar a distintas situaciones con el objetivo de ayudarte a sentirte menos ansioso(a) o preocupado(a).

 Medicamentos

Los médicos también pueden recetar medicamentos para ayudarte a tratar el TAG. Hay dos tipos de medicamentos que se recetan con más frecuencia para tratar el TAG: los medicamentos tranquilizantes (medicamentos para controlar la ansiedad/los nervios) y los antidepresivos. Los medicamentos contra la ansiedad son fuertes y existen diferentes tipos. Muchos hacen efecto de inmediato, pero generalmente no deben tomarse durante largos períodos de tiempo.

Los antidepresivos se usan para tratar la depresión, pero también sirven para tratar el TAG. Los antidepresivos pueden tardar varias semanas en hacer efecto. Estos medicamentos pueden causar efectos no deseados, como dolor de cabeza, náuseas o dificultad para dormir. Generalmente, para la mayoría de las personas, estos efectos no deseados no se convierten en un problema, en especial si se comienza con una dosis baja y se aumenta lentamente con el paso del tiempo.

Trastorno de pánico

En el trastorno de pánico, una persona sufre ataques de pánico los cuales son breves, de intenso miedo y terror, acompañado frecuentemente de síntomas como temblores, agitación, confusión, mareos, desmayos, náuseas y dificultad para respirar. Un ataque de pánico es pues aquella crisis donde la persona siente elevados niveles de angustia y ansiedad con intensos pensamientos aterradores de que algo grave puede ocurrir.

En los ataques de pánico, el miedo o malestar se presenta repentinamente, y con altos niveles en menos de diez minutos, puede durar varias horas y puede producirse por el estrés o incluso el ejercicio. La causa específica no siempre es evidente. Además de los ataques de pánico inesperados que se repiten, un diagnóstico de trastorno de pánico requiere que dichos ataques de angustia tengan consecuencias crónicas, ya sea preocupación por las consecuencias de los episodios de angustia, el miedo persistente de posibles ataques futuros, o el miedo a sufrir cambios significativos en el comportamiento relacionados con los ataques. Con frecuencia, el afectado, ante cambios normales de los latidos del corazón, los percibe como amenazantes, lo que lleva a pensar que algo anda mal con su corazón o que está a punto de tener otro ataque de pánico. Normalmente va asociado un temor anticipatorio a volver a sufrir otro ataque de pánico (ansiedad anticipatoria o “miedo al miedo”). En algunos casos, se produce una sensación de estar súper alerta de las funciones fisiológicas del cuerpo (hipervigilancia) durante el ataque de pánico, en donde cualquier cambio percibido fisiológicamente se interpreta como una posible enfermedad potencialmente mortal (es decir, extrema hipocondría).

¿Cuáles son los síntomas que muestra una persona cuando sufre un ataque de pánico?

Estos son:

  • Miedo
  • Desconcierto
  • Mareo
  • Dolor en pecho
  • Hormigueos en el cuerpo
  • Confusión
  • Taquicardia
  • Temblores
  • Sensaciones de asfixia

Los ataques de pánico no se pueden predecir pues no hay hora, ni fecha, ni lugar en que puedan ocurrir, dando como resultado una modificación en la vida social, laboral y familiar de la persona que lo sufre dado que es espontáneo y repentino.  Muchas personas solo con el recordar algún ataque que han tenido en el pasado pueden sugestionarse hasta el punto de desarrollar otro ataque ansioso. Otras viven día a día con una excesiva preocupación por sufrir algún ataque en cualquier momento, trayendo esto a su vida un sufrimiento psicológico y emocional permanente. Y también hay personas que, afortunadamente, no le dan una excesiva importancia a estos episodios y llevan una vida plenamente normal.

¿Cómo se tratan los ataques de pánico

Existen dos tipos de tratamiento para los ataques de pánico, pudiendo combinarse ambos:

Medicamentos

Tratamiento con medicamentos contra la ansiedad y antidepresivos, bajo receta médica. Únicamente un médico está autorizado para recetar qué tipo de medicamentos y durante qué periodo se proporcionará la dosis del medicamento.

Psicoterapia

En lo que respecta a la terapia psicológica, la terapia cognitivo-conductual ha sido muy efectiva en este tipo de casos. El psicólogo podrá proporcionar un plan de intervención con quien sufre los ataques de pánico donde se le sugiera diferentes formas de afrontar una crisis de pánico y enfrentarse a cualquier situación temida por la persona con herramientas y recursos para disminuir la ansiedad.

Para obtener mejores resultados una combinación de los dos tratamientos es ideal y lo más recomendable. Algunos profesionales recomiendan otros tipos de técnicas que pueden añadirse al tratamiento, por ejemplo si a la persona le gusta la yoga o la meditación, etc.

El apoyo emocional que se le puede brindar a una persona que esté pasando por este tipo de casos siempre será importante.

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

A veces, todos chequeamos las cosas dos veces, por ejemplo, chequeamos la estufa antes de irnos de la casa para asegurarnos de que esté apagada. Pero las personas que sufren del TOC sienten la necesidad de chequear las cosas una y otra vez o tienen ciertos pensamientos o realizan rutinas y rituales una y otra vez. Los pensamientos y rituales del TOC causan angustia e interfieren con la vida diaria.

Estos pensamientos repetidos e inquietantes del TOC se llaman obsesiones. Con el fin de intentar controlar estas obsesiones, las personas con TOC repiten rituales o comportamientos, llamados compulsiones. Quienes tienen TOC no pueden controlar dichos pensamientos y rituales.

Ejemplos de obsesiones son el miedo a contaminarse con gérmenes, a ser heridos o herir a otros, y pensamientos inquietantes religiosos o sexuales. Ejemplos de compulsiones son contar o limpiar cosas repetidamente, lavarse el cuerpo o partes de éste repetidas veces u ordenar las cosas de un modo en particular cuando estas acciones no son necesarias, y verificar todo una y otra vez.

Las personas con TOC tienen estos pensamientos y llevan a cabo estos rituales por lo menos una hora la mayoría de los días y a menudo por más tiempo. La razón por la que el TOC interfiere con sus vidas es que ellos no pueden detener estos pensamientos o rituales con solo quererlo, de tal modo que, por ejemplo, en ocasiones faltan a la escuela, el trabajo, o reuniones con amigos.

¿Cuáles son los síntomas del TOC? 

Las personas con TOC:

  • tienen pensamientos o imágenes repetidas sobre muchas cosas diferentes, como miedo a gérmenes, la suciedad o intrusos; violencia; herir a seres queridos; actos sexuales; conflictos con creencias religiosas; o higiene personal excesiva
  • realizan los mismos rituales una y otra vez tales como lavarse las manos, abrir y cerrar puertas, contar, guardar artículos innecesarios, o repetir los mismos pasos una y otra vez
  • tienen pensamientos y comportamientos no deseados que no pueden controlar
  • no obtienen placer de tales comportamientos o rituales, pero sienten un leve alivio de la ansiedad que estos pensamientos causan
  • pasan por lo menos una hora al día con estos pensamientos o rituales, los cuales causan angustia e interfieren con sus vidas cotidianas

Estos son algunos de los miedos u obsesiones más comunes:

  • Miedo a los cuchillos
  • Miedo a robarse cosas
  • Miedo a lastimar a alguien
  • Miedo a imágenes violentas
  • Miedo a que sus palabras sean malinterpretadas
  • Les preocupa enfermarse por alguna contaminación
  • Les preocupa que alguien pueda tener un accidente
  • Obsesión por animales, por ejemplo: insectos
  • Obsesión por productos de limpieza
  • Obsesión por el aseo
  • Obsesión por coleccionar objetos, cosas, papeles, basura o cosas que no tienen uso
  • Varias veces se necesita asegurar de cosas, como apagar pilotos de gas, los aparatos electrónicos, el coche o que las puertas estén cerradas, etc.

¿Cuándo comienza el TOC?

Para muchas personas, el TOC comienza durante la niñez o la adolescencia. La mayoría de las personas son diagnosticadas alrededor de los 19 años de edad. Los síntomas del TOC pueden aparecer y desaparecer y mejorar o empeorar en diferentes momentos.

¿Qué ayuda existe? 

Existe ayuda para las personas con TOC. El primer paso es ir a un médico o una clínica de salud para hablar sobre los síntomas. El médico te hará un examen para asegurarse de que no sea otro problema físico el que te está causando los síntomas. El médico puede mandarte a ver a un especialista en salud mental.

Hay diferentes tipos de tratamientos para el TOC. Los más comunes y efectivos son:

Psicoterapia

Los médicos pueden pedir a las personas con TOC que vayan a psicoterapia con un psicólogo, psiquiatra, o trabajador social con licencia. Un tipo de terapia llamada terapia de comportamiento es especialmente útil para tratar el TOC. Enseña a una persona diferentes maneras de pensar, actuar y reaccionar a situaciones y estas diferentes maneras de hacer las cosas ayudan a la persona a sentirse menos ansiosa y temerosa sin tener pensamientos obsesivos o sin tener que actuar de manera compulsiva.

Medicamentos

Los médicos también pueden recetar medicamentos para ayudar a tratar el TOC. Es importante saber que algunos de estos medicamentos pueden tardar varias semanas para empezar a hacer efecto. Los tipos de medicamentos utilizados para tratar el TOC son los antidepresivos y medicamentos tranquilizantes (medicamentos para controlar la ansiedad/ los nervios). Algunos de estos medicamentos se utilizan para tratar otros problemas, como la depresión, pero también se utilizan para tratar el TOC. Aunque estos medicamentos a menudo tienen leves efectos secundarios, generalmente no son un problema para la mayoría de las personas, especialmente si se comienza con una dosis baja y se aumenta lentamente con el tiempo.

A algunas personas la terapia les funciona mejor, mientras que a otros les funciona mejor los medicamentos. Pero a otras les funciona mejor una combinación de los dos. Habla con un médico acerca del mejor tratamiento para ti.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad real. El TEPT puede ocurrir después de vivir o presenciar un evento traumático, como sufrir abuso físico, sexual o emocional, una guerra, un huracán, una violación o un accidente grave. El TEPT te hace sentirte estresado y con miedo aun después de que el peligro ya haya pasado. Afecta tu vida y la de quienes te rodean.

Con el TEPT se pueden dar ciertos problemas como:

  • Recordar el pasado con miedo, o la sensación de que el hecho vuelve a ocurrir
  • Dificultad para dormir o sufrir pesadillas
  • Sentimientos de soledad
  • Estallidos de furia
  • Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza

El TEPT se manifiesta en diferentes edades y puede afectar a cualquier persona, incluso a los niños. Es posible que las señales de padecer TEPT comiencen inmediatamente después de que ocurra un hecho que aterra y que continúa. Algunas personas desarrollan síntomas nuevos o más graves con el transcurso de los meses e incluso de los años.

Los medicamentos pueden ayudar a sentirse menos temeroso y nervioso. Es posible que tarden unas semanas en tener el efecto deseado. También puede ser útil para quienes padecen TEPT hablar con un médico especialista en salud mental o un consejero de salud mental. Los consejeros dan tratamientos que se llaman terapia hablada.

Fobia social

La fobia social es un miedo fuerte a ser juzgado por otros y a sentir vergüenza. Este miedo puede ser tan intenso que impide ir al trabajo o a la escuela o llevar a cabo las actividades de cada día.

Toda persona ha sentido ansiedad o vergüenza alguna vez. Por ejemplo, conocer personas nuevas o dar un discurso puede poner nervioso a cualquiera. Pero las personas que tienen fobia social se preocupan por éstas y otras cosas semanas antes de que éstas ocurran.

Quienes sufren fobia social tienen miedo de hacer cosas comunes delante de otras personas; por ejemplo, pueden tener miedo de firmar un cheque delante del cajero de una tienda, o pueden tener miedo de comer o beber delante de otras personas, o de usar un baño público, o de hablar en público. La mayoría de las personas que tienen fobia social saben que no deberían sentir el miedo que sienten, pero no lo pueden controlar. A veces terminan alejándose de lugares o eventos donde creen que podrían verse obligados a hacer algo que los avergüence. Para algunos, la fobia social es un problema sólo en ciertas situaciones, mientras que otros tienen síntomas en casi todas las situaciones sociales.

Generalmente, la fobia social comienza durante la juventud. Un médico puede determinar que una persona tiene fobia social si la persona ha tenido síntomas durante un mínimo de seis meses. Sin tratamiento, la fobia social puede durar muchos años e incluso toda la vida de tal manera que puede interferir con las actividades de la vida diaria.

¿Cuáles son las señales y los síntomas de la fobia social? 

Personas con fobia social tienen la tendencia de:

  • Sentir mucha ansiedad al estar rodeados de otras personas y tener dificultad para hablar con ellas a pesar de querer hacerlo
  • Sentirse tímidos y avergonzados delante de otras personas
  • Tener mucho miedo de que otras personas los juzguen
  • Preocuparse por muchos días o semanas antes de un evento donde habrán otras personas
  • Alejarse de lugares donde hay otras personas
  • Tener dificultad para hacer y conservar amistades
  • Sonrojarse, sudar o temblar cuando están rodeados de otras personas
  • Tener náuseas o malestar en el estómago cuando están con otras personas

¿Qué se siente tener fobia social? 

“En la escuela siempre tenía miedo de que me preguntaran algo los profesores, incluso cuando sabía las respuestas. Cuando conseguí empleo, no me gustaba reunirme con mi jefe. No podía almorzar con mis colegas. Me preocupaba que me miraran o me juzgaran, y me preocupaba quedar como un tonto. Cuando pensaba en las reuniones, el corazón me latía fuertemente y comenzaba a sudar. Esas sensaciones empeoraban a medida que se acercaba el evento. A veces no podía dormir ni comer por muchos días antes de una reunión de empleados”.

“Estoy tomando medicamentos y trabajando con un consejero para lidiar mejor con mis miedos. Tuve que trabajar duro, pero me siento mejor. Me alegro de haber hecho esa primera llamada a mi médico”.

¿Cómo se trata la fobia social? 

Primero, habla con tu médico acerca de tus síntomas. El médico te hará un examen para asegurarse que no sea otro problema físico el que está causando los síntomas. El médico puede mandarte a ver a un especialista de la salud mental.

Por lo general, la fobia social se trata con psicoterapia, medicamentos o ambos.

Psicoterapia

El tipo de psicoterapia llamada terapia cognitiva-conductual es especialmente útil para tratar la fobia social. Le enseña a la persona diferentes maneras de pensar, comportarse y reaccionar a distintas situaciones con el objetivo de ayudarla a sentirse menos ansioso o temeroso.También puede ayudar a las personas a aprender y a practicar cómo manejarse socialmente.

Medicamentos

Los médicos también pueden recetar medicamentos para ayudar a tratar la fobia social. Los medicamentos que se recetan con más frecuencia para la fobia social son los tranquilizantes y los antidepresivos. Los medicamentos tranquilizantes son fuertes y existen diferentes tipos. Muchos hacen efecto de inmediato, pero generalmente no deben tomarse durante largos períodos de tiempo.

Los antidepresivos se usan para tratar la depresión, pero también sirven para tratar la fobia social. Probablemente sean recetados más comúnmente para tratar la fobia social que los medicamentos tranquilizantes. Los antidepresivos pueden tardar varias semanas en hacer efecto, incluso algunos pueden causar efectos secundarios, como dolor de cabeza, náuseas o dificultad para dormir. Generalmente, para la mayoría de las personas, estos efectos secundarios no se convierten en un problema, en especial si se comienza con una dosis baja y se aumenta lentamente con el paso del tiempo.

A algunas personas les va mejor con la terapia cognitiva-conductual, mientras que para otras son mejores los medicamentos. Incluso para otras, lo mejor es una combinación de los dos. Habla con tu médico acerca de cuál es el tratamiento indicado para ti.

Agorafobia

La agorafobia es un miedo o ansiedad intensa que se da en dos o más situaciones típicas consideradas agorafóbicas, como pueden ser: hacer colas, encontrarse rodeado de una multitud de gente, lugares abiertos, lugares cerrados como un ascensor, utilizar el transporte público, salir solo fuera de casa, etc. Estas personas evitan dichas situaciones de manera activa, exigen estar acompañadas o las viven con una fuerte ansiedad.

En realidad, lo que temen estos individuos es que, ante dichas situaciones, les lleguen los síntomas de pánico y que no puedan huir, pierdan el control, monten una escena “vergonzosa” o que estén solos y nadie les ayude. De hecho, es frecuente que se dé junto con crisis de angustia (ataques de pánico).

Para hacer el diagnóstico de agoraphobia los síntomas deben estar presentes durante 6 meses o más.

Fobias específicas

La fobia consiste en un miedo exagerado o irreal a un objeto, situación o actividad determinados. Se tiene una reacción exagerada ante algo que en realidad no significa peligro o que la probabilidad de estar en peligro es considerablemente baja.  Una fobia específica se caracteriza por un fuerte miedo irracional a un estímulo, por ejemplo, una situación, un objeto, un lugar o un insecto. La persona que sufre un trastorno fóbico hace todo lo posible por evitar ese estímulo que le provoca ansiedad, y esta conducta de evitar ciertas situaciones puede llegar a interferir en el funcionamiento normal de su vida diaria.

Las fobias pueden abarcar un gran número de situaciones y objetos, aunque las más comunes son: el miedo a los animales (como serpientes) e insectos (como tarántulas), miedo a volar o miedo a los lugares estrechos o a las alturas.  Las fobias específicas son muchas y algunas de ellas muy extrañas. Algunas fobias son conocidas y otras no tanto, como la coulrofobia o miedo a los payasos, la filofobia o miedo a enamorarse, la amaxofobia o miedo a manejar. Las categorías de fobias son: animal, entorno natural, sangre/heridas/inyecciones, de situaciones, u otras. Y deben estar presentes como mínimo durante 6 meses.  En los casos más graves, la persona puede pasar mucho tiempo preocupándose por la fobia y llega a tener problemas en su día a día por evitarla. Pero, es importante hacer notar que quien quiere superar una fobia debe exponerse a ella y no evitarla, porque al evitarla se hace más fuerte.

Las fobias no son únicamente miedo extremo, son miedos sin razón y atacan a una de cada 10 personas, no se sabe cómo se inician, pero se sabe que son hereditarias y se manifiestan más en las mujeres. Aproximadamente el 20% de las personas que sufren de este trastorno de ansiedad se les desaparece sólo con el tiempo pero hay quienes sufren de fobias extremas que requieren de ayuda profesional. Es muy común que el tener que enfrentar alguna fobia específica provoque un ataque de pánico.