Si los trabajadores de la municipalidad de Caleta Olivia pensaban contar con un poco más de “plata en los bolsillos” para cerrar el año, tenemos una mala noticia: lo que faltaba pagar del bono en dos tramos, -30 mil y 70 mil pesos- acordado entre el intendente Fernando Cotillo y Julián Carrizo en representación del SOEM; no se hará efectivo.
La medida no trascendió en ningún medio – hasta el momento – porque la “traición” a los municipales ocurrió en absoluto secreto, pese a que debió firmarse un acta en donde el sindicato declinaba el acuerdo inicial y pactaba con la “patronal” que el monto establecido quedaría como “crédito” para pagar impuestos o cancelar deudas con la Comuna.
Un hecho insólito en donde un gremio cede derechos adquiridos mediante acuerdo votado en asamblea, ante la patronal – en este caso el Estado – sin cumplir con el paso de consultar nuevamente a sus representados. Un hecho insólito, pero no tanto en la comuna de Caleta Olivia, donde el Secretario General del SOEM permanentemente actuó en función de las necesidades del Intendente, al punto de acompañarlo en una lista como candidato a su re elección fallida.

El acta transgredida

El pasado 30 de noviembre, en medio de la escalada inflacionaria que impactaba en los salarios de los municipales – de los trabajadores en general – el SOEMCO envió una nota al Intendente pidiendo que se viabilice un aporte económico para los empleados de la Comuna. La nota había sido impulsada por el reclamo de todos los sectores municipales que exigían a sus representantes que hicieran algo para compensar la pérdida del poder adquisitivo.
Puntualmente se solicitaba que “se revea la situación económica de los empleados y de acuerdo al proceso de negociación hasta el mes mencionado en un marco de reconocimiento al esfuerzo de todos los empleados municipales, representación gremial y sin duda del Ejecutivo Municipal, en la búsqueda de mejorar los acuerdos en materia salarial que antes seden (NdR: sic, en el original) al presente y al no haber podido concretar los porcentajes del acuerdo 2022, y de no haber podido aplicarse la cláusula gatillo del mismo acuerdo, como también así el faltante del bono de $100.000, el cual se pagó $70.000 y resta pagar los $30.000 a favor de los trabajadores”.
Traducido con menos formalidad y sin errores de coherencia (debieron escribir: antecedes o precedentes y no “antes seden”) lo que ocurrió es que ante la falta de una recomposición salarial concreta el gremio pidió un bono en dos tramos, antes del cambio de gobierno. De ese desembolso solo se pagó una parte, restando 30 mil pesos para cada municipal. Pero dado que llegaba el fin de mandato, en vez de exigir a Cotillo que cumplirá con la promesa, se optó por dejar el “saldo” para pagar tasas o impuestos municipales. Nada de efectivo.
Específicamente el arreglo entre Julián y Cotillo expresa: las partes acuerdan, que se consagra el presente acuerdo en los términos del mismo, y que el presente regirá a partir del Primero (1) de enero 2024, para realizar las operaciones de abono tributario, tanto como titular y para el caso de no ser titular el agente de ningún tributo, el mismo puede hacer el uso del crédito tercerizando el pago de tributos a terceros bajo su responsabilidad”.
Cabe señalar que en el texto del acta se dejó expresado: “Los representantes del SOEMCO, destacamos una vez más el esfuerzo realizado por el Departamento Ejecutivo municipal, como así también el esfuerzo de la dirigencia del SOEM y el conjunto de los trabajadores”. En este sentido habría que aclarar que los únicos que harán el esfuerzo de “llegar a fin de año” con menos dinero en el bolsillo serán los trabajadores.

Trampa y complicidad

El acta fechada el 1 de diciembre pasado, fue firmada por Intendente Cotillo y el Secretario de Hacienda Pablo Martín Guerrero por la patronal y por el Secretario General Julián Carrizo y la Secretaria de Finanzas del gremio Mariela Quiroga.
Se trató de un trámite para luego generar el Decreto Ratificatorio del Acta Acuerdo; para que de esta manera tuviera legalidad. Si bien es cierto que la herramienta es administrativamente legal, habría que preguntarse si reglamentariamente, el gremio podía tomar esta decisión sin consultar a sus afiliados o representados.
A los municipales se les quedó debiendo 30 mil pesos del bono y se sustituye con la “devolución” del dinero a la Comuna, como si fuera un “beneficio” en la figura de contribuyente municipal. Tal vez para quien sea propietario, o tenga un vehículo para pagar patente; la medida le podría convenir. Pero para quien no tenga nada, o que incluso quería disponer de ese dinero para usar con su familia, no tiene chance. Pareciera que no es mucha plata, pero para un trabajador, 30 mil pesos hoy, puede ayudar a resolver algunas cuestiones. “El gremio se tomó la atribución de disponer de la plata de sus afiliados y Cotillo se garantizó que la plata quede en la municipalidad. Eso es lo que pasó”; sintetizó visiblemente consternado un trabajador municipal al conocer la novedad.
En definitiva, así termina la gestión de Cotillo, con una “trampa” a los trabajadores, con la complicidad de Carrizo, que ya lleva casi dos décadas al frente del gremio, pese a los cuestionamientos de muchos trabajadores.