¿Quién organiza Davos, una ONG o el Foro Económico Mundial? ¿Cuál es su lema en este 2024? ¿Se intentan marcar o no las tendencias del futuro?


El Presidente de España Sánchez, se equivocó con los papeles en Davos, creyendo que estaba en Naciones Unidas. Hizo un discurso muy respetable, pero el foro, el foro no era el adecuado, porque a Davos se va a otra cosa. No fue el único: en ese palo, que diría un cantaor, estuvieron entre otros Von der Leyen y hasta Zelenski.

¿Quién organiza Davos, una ONG o el Foro Económico Mundial? ¿cuál es su lema en este 2024? ¿se intentan marcar o no las tendencias del futuro?

Pues sí, lo organiza el Foro Económico Mundial, bajo el lema “reconstruir la confianza”, y apostando por objetivos como la descarbonización de la economía (aunque salvo Milei todos los jefes de Estados llegaron en aviones privados) o la tan repetida inteligencia artificial.

En el Foro Económico Mundial de Davos, el presidente del Gobierno español subrayó la trascendencia global de los conflictos en Ucrania y Gaza, haciendo un llamamiento a la defensa coherente de principios fundamentales. Destacó la necesidad de coherencia, abogando por el diálogo, el Estado de derecho y la paz como valores esenciales. Sánchez también expresó su preocupación por el impacto humanitario del conflicto en Gaza, instando a un alto al fuego inmediato, una conferencia internacional y una solución de dos estados para Israel y Palestina.

En relación con Ucrania, respaldó la lucha del país por la libertad contra el autoritarismo del presidente ruso, Vladimir Putin. Subrayó su apoyo a la anunciada cumbre de paz y a la defensa de los principios de la Carta Fundacional de las Naciones Unidas.

Sánchez advirtió sobre las repercusiones actuales, señalando que los riesgos incluyen la seguridad de las cadenas de suministro globales, el comercio, la prosperidad, la estabilidad de Oriente Medio y la continuidad del orden multilateral. También mencionó la guerra en Siria, destacando la urgencia de no olvidar un conflicto en el que han perdido la vida más de 300.000 personas, con 4.000 muertes solo en el último año.

En el marco de esta discusión, Sánchez reafirmó el compromiso de España con la democracia, la apertura económica, la solidaridad internacional y el sistema multilateral. Alertó sobre las amenazas al orden internacional basado en reglas que han propiciado la prosperidad desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, identificando los desafíos planteados por aquellos que abogan por la fragmentación y el uso de la fuerza para promover sus intereses.

Dicho lo cual, echo de menos un liderazgo como Presidente español ante los retos económicos que tenemos por delante, señalando cuáles son sus apuestas, aunque quizá eso de trabajar menos y cobrar más, como hace sin diálogo con los empresarios la vicepresidenta segunda, no fuera el mensaje más aconsejable, pues el comunismo ya hace mucho tiempo que no tiene cabida en las democracias occidentales con éxito. Por eso Sánchez creyó que estaba en Nueva York, y estaba a casi 4.000 millas, en Suiza.