Con muchos comercios abiertos y plena actividad en restaurantes, la jornada transcurrió como cualquier otro día tranquilo de verano austral


La jornada de huelga general y protestas en Argentina finalizó inusualmente sin incidentes ni detenciones fruto del nuevo protocolo antipiquetes que obligó a los convocantes a acordar previamente con la Policía las calles a utilizar durante la movilización y dejar preestablecidas rutas de circulación para los vehículos de emergencia.

Tanto la Policía de la Ciudad de Buenos Airescomo fuerzas federales participan en el operativo e implementaron el nuevo protocolo impuesto por el Ministerio de Seguridad y que, entre otras cosas, impide que las marchas transcurran cortando el tráfico.

Las reuniones mantenidas entre los sindicalistas convocantes y los cuerpos de seguridad con el fin de evitar disturbios o altercados llevaron a diseñar un plan para que los participantes de las protestas asistieran al acto central en las proximidades del Congresoargentino divididos en diferentes rutas.

Fracaso total» de la convocatoria

Según las fuentes consultadas, entre 40.000 y 600.000 habrían asistido a la movilización en Buenos Aires, en el marco del paro generalconvocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), principal central sindical del país.

El Ejecutivo argentino cifra en 40.000 personas las que este miércoles participaron en la marcha hacia la Plaza del Congreso, en Buenos Aires, punto central de la media jornada de paro general convocada por la CGTy a la que se adhirieron otros sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales y de derechos humanos, entre otras.

De 21 millones de trabajadores, solo el 0,19 % se movilizó, si consideramos entre los trabajadores a La Cámpora y las organizaciones sociales. 40 mil personas. Fracaso total. El cambio a toda marcha», publicó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en su cuenta de la red social X.
Mientras, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, una de las responsables del dispositivo desplegado con motivo de la movilización, cifró en 130.000 los asistentes, incluyendo los que llegaron a la Plaza del Congreso y los de las calles aledañas.
Por su parte, los organizadores calcularon en 600.000 las personas que acudieron a la convocatoria capitalina y, según explicaron a Efe, elevaron la cantidad a 1,5 millones de manifestantes quienes marcharon en todo el país.
Pese al baile de cifras, lo cierto es que, pese a ser enero, mes de vacaciones del verano austral, el aspecto de las calles de Buenos Aires distaba mucho de ser las de un lugar en paro total, fundamentalmente por el funcionamiento del transporte público.
Aunque la media jornada de huelga general estaba convocada entre las 12:00 hora local y la medianoche, el sector del transporte paró desde las 19:00 hora local para permitir que quienes quisieran acudir a la manifestación, acto central del día, pudieran hacerlo y regresar a sus domicilios.
Con muchos comercios abiertos y actividad en restaurantes, la jornada de paro y protestas parecía a cualquier otro día tranquilo de verano.
La cifra de asistentes a la Plaza del Congreso en Buenos Aires dista mucho de las grandes marchas del peronismo, caracterizado por movilizaciones multitudinarias.
Daño económico al país
El sector más afectado fue el del transporte aéreo, debido a las 295 cancelaciones y reprogramación de 26 vuelos de Aerolíneas Argentinas, lo que afectó a 20.000 pasajeros, sobre todo en los Aeropuertos Internacional Ministro Pistarini y Aeroparque Jorge Newbery.

​El Ejecutivo valoró en 1.500 millones de dólares (unos 1.378 millones de euros) lo que «el paro de la CGT le cuesta al país», dinero con el que «se podrían construir rutas, hospitales y escuelas», publicó en su cuenta de la red social X Javier Lanari, subsecretario de Prensa de Presidencia.