Si hace veinte años estábamos apenas un 2% por debajo de la media europea, hoy nos situamos un 14% por detrás del PIB per cápita de la UE.

E

l declive que atraviesa la economía española se observa de forma especialmente pronunciada cuando comparamos la distancia entre nuestros niveles de renta y los de nuestros vecinos europeos. A nadie escapa que la posición relativa del Reino se ha deteriorado notablemente a lo largo de las dos últimas décadas, en línea con un periodo de bajo crecimiento en el que el impacto de la Gran Recesión y la pandemia del coronavirus fue mucho mayor que en la mayoría de economías del Viejo Continente.

En 2003, al final de la Era Aznar, el PIB per cápita de nuestro país rozó el 98% del PIB per cápita observado en el conjunto de países miembros de la Unión Europea. Diez años después, al final de la Era Zapatero, este epígrafe había caído hasta el 87%. Es cierto que dicha rúbrica mejoró en la Era Rajoy, hasta llegar al 90% en 2018. Sin embargo, el mandato de Sánchez está propiciando un nuevo descenso en este indicador.

Los últimos datos facilitados por Eurostat se corresponden con 2022 y dejan nuestro PIB per cápita en el 86% de la media comunitaria. De modo que las dos últimas décadas han contribuido a situar a España cada vez más lejos de los niveles de desarrollo económico observados en el resto de la UE-27.