Tras el duro traspié sufrido esta semana con el fracaso del tratamiento en particular de la ley ómnibus, el Bloque oficialista cruje atravesado por distintas internas. Hay discusiones pendientes y se cuestiona el rol de las principales figuras.
El traspié de la ley ómnibus en la Cámara de Diputados dejó profundas heridas en el bloque de La Libertad Avanza, a punto tal de que una de las integrantes de mayor renombre del espacio, Marcela Pagano, evalúa por estas horas dejar esa bancada. La periodista, de notable perfil bajo desde que asumió su banca, está molesta y apunta a la conducción del bloque. Sucede que Martín Menem quedó en el ojo de las críticas del ala técnica libertaria, que le adjudica responsabilidad primaria en el fracaso del proyecto.
Las idas y vueltas en torno a la normativa neurálgica de LLA, con negociaciones frenéticas, generó molestias en varios integrantes del espacio violeta porque nunca contaron con toda la información del estado de la iniciativa.
Incluso, antes del debate en el recinto, se llegó a analizar internamente la posibilidad de que algunos diputados oficien de voceros de la ley, lo que generó una respuesta categórica de parte de un dirigente mileísta: “Sí, podría salir a defender el proyecto en los medios, pero a esta altura me gustaría saber cuál es, qué se está discutiendo, en qué quedó la negociación”.
La frase no tuvo réplica y terminó desnudando el estado de confusión que atravesó al oficialismo, con muchos legisladores que aún se quejan de que el dictamen, cuando se realizó, no fue difundido para toda la bancada, algo que califican como “desprolijo”.
En este marco, hay varios apuntados por todo lo que sucedió. Si bien en el Gobierno se realizan esfuerzos a toda costa para culpar a los gobernadores por el fracaso, hay integrantes del ala técnica del oficialismo renuentes a la negociación política (un sector identificado por Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, Luis Caputo, el titular de Hacienda y Federico Sturzenegger, asesor sin cargo oficial aún), que asignan culpas a la “impericia” y a la “falta de experiencia” de Martín Menem.
Hay más: una versión desde Balcarce 50 indica que en los últimos días hubo funcionarios que le achacaron al riojano del duro traspié legislativo.
En el bloque libertario lo defienden a Menem: hay diputados que señalan sin dudar que es una persona que dispone de buenas intenciones y que “quiere que a Milei le vaya bien”, aunque también reconocen que cometió errores a lo largo de este proceso.
Por otro lado, aparece la figura de Oscar Zago, el jefe de la bancada, a quien ciertas voces subrayan como “poco confiable” y que hasta el momento no logró contener a toda la fuerza. Colocan un ejemplo: esta semana, con el proyecto de Rocío Bonacci contra la IVE, que lleva la firma de Zago y Lilia Lemoine, no existió ningún tipo de coordinación. Es más: producto del desconcierto, Lemoine y hasta el Ejecutivo tuvieron que despegarse de la iniciativa.
Como remarcan fuentes de LLA, toda esta situación generó que un grupo de dirigentes libertarios pidieran un cambio de conducción, y hasta un nuevo orden en el bloque, pero todavía no tuvieron éxito. Lo cual llevó a Pagano, quien fue una de las caras de LLA en la campaña, a evaluar seriamente la posibilidad de conformar un monobloque si no se producen modificaciones en los próximos meses.
La periodista, además, quedó molesta porque quiso formar parte de ciertas comisiones y no fue tenida en cuenta.