El dueño de X y Tesla, brindará una clase en Argentina y pretende visitar la Provincia para recorrer las mineras de litio.

Elon Musk visitará la Argentina con motivo de una masterclass en una cumbre de tecnología digital que tendrá lugar en marzo en Buenos Aires y fue en sus redes sociales que anticipó su principal interés en tierras salteñas con la posibilidad de visitar emprendimientos e incluso instalar una “mega fábrica”.

El principal interés del magnate en el litio es porque sirve como energía para los vehículos eléctricos que produce su fábrica Tesla motivo por el cual ya tomó contactos directos, públicos y privados, con el presidente Javier Milei incluso antes de que ganara las elecciones.

En un principio, estas mini viviendas eran vistas como ideales para el turismo de aventura y sustentable. “En nuestro caso, buscábamos disfrutar la naturaleza con mayor comodidad y, sobre todo, lograr autonomía para trasladarnos a lugares donde no existían alojamientos”, reconoce Natalia Mazzei, socia fundadora del estudio 3 en Arquitectura. Bajo esa premisa, ella y su esposo transformaron una camioneta en una minicasa móvil. 

Sin embargo, gracias al auge de la hiperconectividad, cada vez más espíritus libres las adaptan como residencia permanente. Para ellos se convirtieron en el medio ideal para escapar de la ciudad. Esta adopción conlleva también un cambio de visión de la sociedad y la propia existencia. Al tiempo que aportan una solución a la disminución de la huella de carbono.

Incluso, Elon Musk aportó su nota de color al sector. En 2021, vendió casi todas sus propiedades y se mudó a una lucy house en la sede tejana de SpaceX. Este módulo de 37 m2 es plegable, minimalista, sostenible y está valuado en 50.000 dólares.

Por el lado argentino, el rancho de los gauchos era una minicasa. Sus medidas eran de 5×5 y contaba con la cocina y el baño afuera. En el 2000, se comenzó a trabajar a nivel local con estos inmuebles que son parte de la arquitectura modular.  


Comprar en el supermercado

En la actualidad, se encuentran minicasas en varios puntos de la Argentina: en un bosque de bambú en Canning y Ostende en Buenos Aires, el Cóndor y Colonia Suiza en Río Negro, en la selva misionera, por nombrar algunos casos locales.

“Es como comprarte una casa en el supermercado, seleccionás el tamaño, las comodidades y la construís en poco tiempo (en promedio, 3 meses) en un ambiente muy controlado, y luego la trasladás. Al fabricarse en un taller, te permite no depender, por ejemplo, de las inclemencias del tiempo. Lógicamente, les podés modificar partes y adaptarlas a diferentes climas y necesidades”, aclara Borrachia, quien es también decano de la Escuela Superior de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Morón.