El recluso falleció el viernes pasado en una prisión del Ártico y aún no hubo una versión oficial sobre las causas del deceso.

Yulia Navalnaya, viuda del opositor ruso Alexey Navalny, quien falleció el viernes pasado en una prisión del Ártico, acusó al presidente de Rusia, Vladimir Putín, de “matar” a su marido y anticipó que continuará la lucha del activista, antes de reunirse con cancilleres de la Unión Europea (UE). 

Hace tres días, Vladimir Putin mató a mi marido, Alexey Navalny. Putin mató al padre de mis hijos“, afirmó Navalnaya en un video publicado en redes sociales.

Además, el domingo por la tarde, la viuda, que no había visto a su esposo en dos años, ya había acusado al mandatario ruso de ser “personalmente responsable” de la muerte de su marido y pidió a la comunidad internacional a unirse para derrocar el “régimen aterrador”.

“A mi marido no lo pudieron quebrar. Continuaré el trabajo de Alexey. Continuaré por nuestro país, con ustedes. Les pido que estén a mi lado”, resaltó. 

Desde hace tres días, sus familiares, que también acusan al Kremlin de haber asesinado a Navalny y de querer ocultar las huellas de sus acciones, intentan sin éxito poder ver sus restos.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borell, siguió la misma línea de Navalnaya y aseguró que “el gran responsable es el propio Putín“. Además adelantó que espera que, durante la reunión que mantengan los cancilleres europeos con la viuda del activista ruso, los estados de la UE propongan nuevas sanciones a los responsables directos. 

“Tenemos que enviar un mensaje de apoyo a la oposición rusa”, señaló Borrell a periodistas al llegar a la reunión ministerial en Bruselas, y agregó que la UE proponía cambiar el nombre de régimen de sanciones por violaciones a los derechos humanos, con el nombre del opositor ruso fallecido.

Navalny acusó sin pruebas a Putin de haberlo envenenado, algo que el Kremlin siempre negó. Durante su reclusión pasó unos 300 días en una celda disciplinaria, en duras condiciones de aislamiento.

Desde su arresto fue condenado a altas penas de cárcel tras ser acusado de “extremismo” y “fraude”. El presidente de Rusia, que nunca se refirió a Navalny por su nombre, no hizo ningún comentario sobre su muerte, que ocurrió un mes antes de las elecciones presidenciales rusas en las que previsiblemente el dirigente se mantendrá en el poder con un nuevo mandato de seis años.