Putin anuncia una paga de 166 euros al mes para los refugiados ucranianos que lleguen a Rusia
- Si los refugiados son minusválidos, el pago será de 330 euros.
- Rusia y Ucrania cambian sus planes: así podrían ser las nuevas estrategias militares de Putin y Zelenski.
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció este sábado un pago mensual de 10.000 rublos (más de 166 euros) a los refugiados provenientes de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia fue reconocida por el Kremlin en febrero, y del resto de Ucrania.
La medida beneficiará a aquellos ucranianos que hayan abandonado su país con destino a territorio ruso desde el 18 de febrero pasado, es decir, una semana antes del inicio de la «operación militar especial» rusa en Ucrania, señala el decreto presidencial.
En el caso de los inválidos, estos recibirán mensualmente 20.000 rublos (más de 330 euros), mientras los refugiados que sean veteranos de la Gran Guerra Patria, como se conoce en este país la Segunda Guerra Mundial, ingresarán cada mes un subsidio adicional de 5.000 rublos (83 euros).
Las familias con hijos cobrarán 4.000 rublos (66 euros) por descendiente, cifra que aumentará hasta 10.000 (166 euros) si se trata de un solo progenitor.
El Gobierno neerlandés logró, por primera vez este verano, ofrecer alojamiento para pasar la noche a todos los refugiados que han estado durmiendo al raso frente al centro de recepción de solicitantes de asilo de Ter Apel, tras las denuncias sobre las condiciones insalubres en las que se hacinaban en la explanada.
Es la primera vez en semanas que ningún refugiado se ha visto obligado a dormir en la explanada del centro de recepción de la ciudad de Ter Apel debido a la falta de camas, ha informado este lunes la Agencia Central para la Recepción de Solicitantes de Asilo (COA).
Aunque se encontró alojamiento para todos, algunos han optado por pasar la noche a la intemperie, según COA. Muchos temen perder su turno y empezar de cero el procedimiento de registro como refugiados, lo que tienen que hacer en Ter Apel a su llegada a Países Bajos como primer paso formal de su proceso de asilo.
500 camas para 120 menores
COA localizó 500 camas en centros de recepción de otras provincias y en un refugio de una organización religiosa, así como albergues en Ámsterdam y Doetinchem (Güeldres) para 125 menores no acompañados.
No está claro por cuánto tiempo podrán dormir en estos nuevos puntos, puesto que son alojamientos de carácter temporal (a veces solo para una noche).
Unas 250 personas pasaron este domingo la noche en la explanada, a 10 grados de temperatura, y durmiendo bajo un toldo sin tiendas de campaña, por falta de oferta de alojamientos, a pesar de que el sábado se evacuara a 400 personas por alertas de la Inspección de Salud sobre las malas condiciones sanitarias.
MSF proporciona ayuda sanitaria
COA aseguró este lunes que los que rechazaron marcharse tienen la posibilidad de acudir al centro de registro, u obtener camas plegables y sacos de dormir en Cruz Roja. Otras ONG reparten alimentos, bebidas, mantas y ropa.
Médicos Sin Fronteras (MSF), que desplegó el jueves un equipo en Países Bajos por primera vez en su historia, ofreció este domingo ayuda médica a veinte personas que sufrían heridas abiertas, llagas y otras afecciones en la piel debido a la situación insalubre en el lugar.
En una visita al centro de recepción en Ter Apel, Efe ha podido comprobar la situación que las ONG denuncian desde hace semanas: las heces flotan en baños instalados en la explanada, voluntarios curan como pueden heridas e infecciones de semanas, pacientes crónicos han sido trasladadas de urgencia al hospital y otros malviven bajo unas carpas.
El Gobierno anunció este fin de semana una serie de medidas que planea tomar para atajar esta crisis y, entre otras cosas, quiere limitar la reunificación familiar de los refugiados, organizar 20.000 alojamientos adicionales, y dejar de aceptar temporalmente a unos mil refugiados a los que le obliga el acuerdo de la Unión Europea (UE) y Turquía.
Pero decenas de miembros de Unión Cristiana, partido de la coalición del gobierno, criticaron estos planes porque, dijeron, «esta no es una crisis de asilo, no es una crisis de recepción (de refugiados), es una crisis política» y alertaron de que «nunca debemos aceptar que los refugiados se vean privados de un derecho fundamental como la reunificación familiar».