Karin Silvina Hiebaum – International Press

Desde la invasión rusa de Ucrania, Lituania ha asegurado sus fronteras.
El río Neman es la frontera natural entre Lituania y Rusia.

El puente, que es la frontera estatal, está cerrado al tráfico rodado.
Algunos lituanos se aislaron de sus vecinos tras la invasión rusa de Ucrania, otros, como Natasha, continúan esta ruta, ahora a pie “Más fácil, si tus parientes viven en Europa, es obvio, pero no siempre funciona así, y nuestras abuelas, que son mayores, a las que quieres volver a ver, no es culpa suya. Eso es lo más doloroso”.
Durante la cumbre de la OTAN en Vilna, siempre en guardia ante posibles provocaciones, las fronteras lituanas están aún más vigiladas .
Rustam Liubaev, Jefe del Servicio de Fronteras de Lituania: ” Hemos elevado nuestra vigilancia al máximo nivel. De hecho, hemos introducido una serie de medidas en la frontera, empezando por el despliegue de material adicional, también hemos introducido un sistema técnico, la cooperación con nuestros socios tanto a nivel nacional como internacional.”

En la frontera con Bielorrusia, por donde discurre la ruta de los migrantes, también aumentan la precauciónes. El año pasado sólo se aceptaron 34 solicitudes de asilo.
La frontera con Bielorrusia puede ser más fácil de cruzar
Astana International Forum: Rethinking global cooperation

Emilija Svobaite, integrante de la organización de voluntarios Grupo de Frontera que ayudan a los migrantes al llegar a Lituania, asegura:”Eso demuestra básicamente que no se realiza ninguna evaluación individual en la frontera”.
Ahmed, de Irak, lo intentó varias veces antes de ser atendido. Sus argumentos fueron reconocidos y se le concedió asilo en Lituania: “Mi país es muy peligroso. Intenté venir a Lituania tres veces, pero la policía me detuvo y me llevaron de vuelta a Minsk en Bielorrusia”.
Sin embargo, en las ONG sostienen que estas pequeñas cifras no reflejan la realidad Svobaiteexplica que “El gobierno siempre afirma que detuvo la migración, pero el hecho es que sólo anuncian las cifras de personas que son rechazadas, pero no conocemos historias de éxito. Realmente vemos que la gente sigue yendo”.