La Canasta Básica Alimentaria medida en ciudades de la Patagonia por el Observatorio de Economía de la Universidad Nacional San Juan Bosco de Comodoro Rivadavia (Chubut) indicó recientemente que para no ser “pobre” una familia de Caleta Olivia debe contar al menos con un ingreso de 257.125, 69 pesos; y para no “caer” en la indigencia, el promedio de ingresos debe ser de al menos 115.253,69 pesos.
A la luz de las cifras de la “inflación real”, la que se puede comprobar en cualquier comercio de la provincia de Santa Cruz, y no la que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos que siempre es “manipulada” por el gobierno; los vecinos de Caleta estarían en los parámetros de la pobreza y la indigencia. Bastaría mencionar que en el mes pasado, nuestro país registró la segunda inflación más alta de América latina y la tercera más alta del mundo con el 115,6% y que los datos de este mes no los conoceremos porque este “dato clave” para saber en dónde estamos parados en materia económica no serán informados por decisión del INDEC y el Banco Central. Según transcendió tanto el organismo oficial de estadística como la autoridad monetaria tomaron esa decisión hace más de un mes, para que “las consultoras pudiesen obtener más tiempo para formular sus estimaciones”, argumentó el BCRA. Pero lo cierto es que la fecha prevista para que se conozcan los nuevos datos, es después de las PASO. Claramente, lo que el gobierno busca es que esta información que seguramente será negativa, no impacte en las urnas, es decir que no afecten el ánimo de los ciudadanos que claramente soportan todo el peso de las inútiles medidas que toma el Ministro de Economía y candidato a Presidente, Sergio Massa; y por elevación a sus candidatos en todo el país. Claramente, en una subestimación a los ciudadanos, el gobierno kirchnerista cree que escondiendo los datos de la inflación puede esconder a los pobres; pero esto es cada vez más difícil.

Salarios de pobres

Solamente hay que hacer un recorrido por las góndolas de los supermercados de cualquier localidad de Santa Cruz, para comprobar que a los precios y porcentajes que se manejan a nivel nacional; hay que sumar entre 10 y 15 puntos (en muchos casos hablamos de un 20 % final) en nuestra provincia.
En esta triste realidad que vivimos los santacruceños, siempre la que “las pagan” son los menos favorecidos y ya no solo estamos hablando de quienes no tienen un trabajo formal; sino también aquellos que son emprendedores privados e incluso a los trabajadores de la administración pública (provincia y municipios) que cobran salarios muy por debajo de los indicadores de pobreza e indigencia. La realidad marca que un empleado municipal, o un agente de la administración pública provincial, apenas si pueden llegar a comprar alimentos; dejando de lado los altísimos costos de servicios(?)como el gas y la energía eléctrica, y ya han descartado “lujos” como la TV por cable o el WiFi. En esta línea, quienes deben pagar alquileres, seguramente están atravesando momentos de zozobra.
Recientemente, el portal de noticias Opi Santa Cruz, indicó sobre este tema que en Santa Cruz el promedio salarial de los empleados del Estado en junio /23 era de $ 110.050,00; y más allá de los aumentos anunciados quedan lejos de alcanzar el costo de la Canasta Básica.
Si tenemos en cuenta que, de acuerdo a los datos estimados, un 70 por ciento de los habitantes de Santa Cruz tiene una relación laboral, contractual formal o informal, con el Estado (provincia-municipio), queda en evidencia que en Santa Cruz la pobreza es la medida con la que se puede medir la calidad de vida en nuestra provincia.