El caso muestra la desidia, la incompetencia que impera en muchos organismos del gobierno de Alicia Kirchner y la falta de controles, impunidad e inutilidad para dar soluciones.
Si bien el incidente que desencadenó este problema – que dejó a una familia viviendo en constante peligro de derrumbe de su casa – tuvo lugar a principios de este año; ayer el vecino, cansado del ninguneo y del manoseo de las autoridades y de la empresa que tenía a cargo la obra decidió hacer público el caso.

Detalles del caso

Meses atrás, comenzaron los trabajos para la demolición de un edificio ubicado en calle Salaberry entre Lavalle y Mosconi de Caleta Olivia, en donde funcionaba la agencia de Loas (Loterías para Obres de Acción Social de la provincia) con la aparente intención de construir oficinas nuevas. Si bien a principios de este año comenzó a verse movimiento de operarios y de alguna maquinaria, el lugar nunca estuvo correctamente señalizado, ni se colocaron carteles indicando detalles del proyecto. Vale mencionar que la obra habría sido licitada o contratada (se desconocen oficialmente los trámites legales del contrato) por el Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) que debería coloca el cartel con todos los detales de la obra pública como tal. Este no es un detalle menor, y muestra claramente un “modus operandi” donde todo se hace de manera subrepticia y sin dar demasiadas explicaciones.
De un día para el otros, aparecieron en el obrador una maquinas viales, principalmente una retro excavadora que comenzó a derribar las paredes del viejo edificio, todo esto sin que hubiera medidas de seguridad para una tarea de esta magnitud.
Mientras llevaban adelante esta “demolición” poco “ortodoxa”, la estructura del techo cedió estrepitosamente, dañando estructuralmente la casa vecina, donde vive la familia Alarcón. Pese a los reclamos, nunca tuvieron respuestas; y lo más insólito y siniestro es que mientras conviven con el peligro de derrumbe sobre sus cabezas, ahora fueron denunciados por haber ocupado parte de la vereda. El colmo de la perversidad.

El drama de una familia

Ayer, agobiado por toda la situación, Roberto Alarcón, un obrero de la construcción que vive de su trabajo diario concurrió a la FM San Jorge de Caleta Olivia – que causalmente está en la misma cuadra que el edificio semi derrumbado – para hacer conocer el calvario que pasa desde hace casi medio año. En dialogo con el periodista Carlos Berenguel, del programa La Gaviota, el damnificado afirmó: “´Ésta situación no se la deseo a nadie”.
En este contexto, Alarcón relató que hace un tiempo se iniciaron los trabajos de demolición de la casa lindera a la suya, con maquinaria vial, principalmente retro excavadoras, “pero sin especialistas en el tema, ni ingeniero, ni un algún inspector de obra”.
A principios de este año “comenzó a haber movimiento de operarios, pese a que no hay cartel de oba, no hay inspectoras del IDUV, nadie se hace cargo.
“Tomaron la decisión de hacer un edificio nuevo y contrataron una empresa que vino con una máquina para empezar a derrumbar. Tiraron las paredes de la casa de atrás (donde se ubica el edificio de LOAS) y se derrumbó la losa. Nosotros estábamos en el comedor y sentimos una explosión terrible. Pensamos que se había caído alguna pared del dormitorio, pero lo que se había caído fue la parte de la losa de al lado, y eso repercutió en la losa de mi casa, desprendiéndose un pedazo de casi un metro de revoque”, precisó sobre el daño que “repercutió en toda la estructura” de la casa.
Luego del susto inicial, Alarcón salió a la calle para hablar con los operarios. Lejos de increparlos o insultarlos, el damnificado les dijo que eso ocurría “porque estaban haciendo mal las cosas. Así no se demuele, porque hay gente viviendo alrededor y hay casas que se debilitan, se cortan los hierros y esta no es la forma”, les advirtió.

Luego los invitó a ingresar a su casa, pero los operarios se negaron aduciendo que eso lo tenía que ver el dueño de la empresa. Al día siguiente concurrió el supuesto responsable de la obra, pero tampoco quiso ingresar a la casa para ver el daño y le pidió que le enviara fotos por WhatsApp.
“Pásame tu teléfono y envíame fotos que yo voy a ver qué hago, me dijo. Miró desde arriba y desde el costado y adentro no quiso pasar.
“La obra estaba adjudicada a la empresa Mata Negra, pero ahora me entero que estaba sub contratada, y está a cargo de un gitano”, explicó sorprendido luego del dialogo con quien se presentó para evaluar el daño.
Pero esto no termino allí. Pese a la gravedad de la situación, la solución que le ofrecieron fue hacerle una “sobre carga” (colocar cemento para sellar la grieta con una subestructura); pero dado que Alarcón tiene más de 30 años de experiencia en la construcción, les explicó que ese no era una procedimiento viable y seguro.
“Esta losa, como se agrieto y se debilitó de punta a punta, no se le puede hacer una sobrecarga porque se va a venir abajo”, advirtió.
Frente a esto, lo siguiente que le propusieron no fue subsanar el daño, sino taparlo. “Me dice que le podía hacer un techo de chapa arriba. Yo le explique que no tenía ninguna intención de sacar ningún rédito de esto, solo quería que le arreglaran el techo”. Pero el nivel de desprecio por reparar el daño de manera responsable, llegó al punto de informarle que le darían los materiales para que él mismo, en base a su conocimiento de constructor; hiciera las reparaciones.
En medio de ese verdadero problema de seguridad; el vecino concurrió al menos cuatro veces a ver a María Ester Labado, quien es la directora regional Zona Norte de IDUV; pero más allá de recibirlo y de enviar a “cuatro o cinco personas para que vean los daños”, nunca solucionó nada. Al cabo de cinco meses el vecino sigue sin respuestas. Cabe señalar que en todos estos meses el vecino nunca hizo una denuncia o una exposición policial por los daños a la propiedad; y siempre se dirigió a los entes oficiales a cargo de la obra.
“Me vi obligado a venir a la radio porque nadie me da una solución”, explicó ayer. Pero el calvario de esta familia no sólo no terminó con la destrucción de su casa, sino que ahora la policía concurrió a su casa para informarle que “tenía una denuncia por posesión de propiedad privada. Yo no estoy haciendo posesión de una propiedad privada, estoy en la vereda porque estoy esperando que se repare el daño que me hicieron a mí”, enfatizo Alarcón.
Mientras enfrenta estos nuevos problemas, el riesgo está latente dado que aún “está en pie una pared de más de 4 metros de alto que esta suelta y se mueve con el viento”, aseguró y sentenció: “Qué pasa si cae sobre mi hijo. En vez de salir a buscar que me arreglen la casa, tengo que salir a buscar a quien matar”, dijo visiblemente angustiado.

Vivir en peligro

Las irregularidades, arbitrariedades y desmanejos de esta obra están a la vista. La misma empresa involucrada en el caso tendría a su cargo el cuartel de bomberos del barrio Rotary de Caleta.
Alarcón solo busca que “se hagan cargo de lo que hicieron. Es una falta de respeto” enfatizó y dado que lleva meses intentando encontrar quien solucione su problema, en ese lapso pudo conocer otras situaciones de quien tiene a cargo la obra. “La empresa es de Río Gallegos y los operarios son de San Luis y de Córdoba”, mencionó y conformó que ayer realizó la denuncia correspondiente ante la Justicia para que intervenga en el caso.
Mientras tanto, Alarcón y su familia deben permanecer en alerta constante y esperando que no ocurra una tragedia; mientras que los funcionarios se toman su tiempo para responder.
El caso de las irregularidades en las obras adjudicadas por el IDUV (secretismo en las licitaciones y adjudicaciones, falta de controles y otros manejos); merecen un informe más detallado que publicaremos en breve.