El verano no solo nos brinda días más cálidos y soleados, sino que también aporta notables beneficios para nuestro bienestar. Los rayos de sol potencian la producción de vitamina D, elevando los niveles de energía. Sin embargo, conscientes de que el exceso de sol, el calor, el cloro y la sal pueden afectar la piel, es importante adoptar precauciones específicas.
Aquí se presenta una guía con recomendaciones para cuidarnos durante esta temporada.
Lo principal es aplicar protector solar abundante cada 2 o 3 horas, sobre todo en áreas delicadas como rostro, escote y hombros. Para una protección integral, se recomienda el uso de gafas y sombrero que protegen la piel sensible de los párpados y la cabeza de la exposición directa.

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En primer lugar, la Vitamina C es considerada uno de los mejores ingredientes antienvejecimiento ya que activa la síntesis de colágeno, una proteína necesaria para la regeneración de la piel. Pero además, es un reparador epidérmico: atenúa cicatrices como las del acné, ayuda a tener un tono más uniforme, aporta luminosidad, minimiza irritaciones y defiende a la piel de las agresiones externas. Definitivamente es un infaltable para la rutina diaria.
Por otro lado, la Vitamina B12 es un activo de última generación, diseñada para calmar diversas manifestaciones cutáneas causadas por la deshidratación. Mejora la capacidad de reparación de la barrera cutánea, favorece la renovación celular y contribuye a mantener el equilibrio de la microbiota.
Por último, el Resveratrol es un potente antioxidante y protector de los radicales libres responsables del envejecimiento de la piel. Esta sustancia natural impide la oxidación celular, convirtiéndose así en un gran aliado a la hora de combatir los signos de la edad y la aparición de manchas en la piel. Debido a que cuenta con numerosos beneficios para la salud y concretamente para la piel, entre los que se destaca su poder antiinflamatorio, no es de extrañar que lo encontramos presente en muchos cosméticos.
La constancia en la rutina diaria es clave. También es vital mantener la hidratación, usar protector solar a diario, limpiar el rostro con regularidad y aplicar productos con prebióticos para equilibrar la flora cutánea.

Fuente: Lidherma