Hace 79 años, desde el descubrimiento de hidrocarburos en lo que luego sería la provincia de Santa Cruz, se menciona que el nuestro es un territorio “petrolero”. Pero lo cierto es que nuestra provincia nunca alcanzó el “status” de petrolera, y si se puede afirmar que es una provincia “con petróleo”.
La diferencia no es solamente semántica o un juego de palabras; el contraste es evidente. Desde hace casi 80 años Santa Cruz produce petróleo en una de las actividades extractivas más lucrativas y generadora de desarrollo del último siglo, y sin embargo esa riqueza, ese recurso natural no ha “derramado” sus beneficios aún.
Durante todo el siglo pasado, los yacimientos de la zona norte de Santa Cruz y específicamente el yacimiento (formación) “Los Perales” fue el de mayor producción del país, superado solo hasta el descubrimiento y desarrollo de Vaca Muerta en Neuquén.
De haber sido un “Estado petrolero”, Santa Cruz debería contar hoy con una infraestructura acorde con las riquezas generadas; y la población santacruceña recibir esos beneficios. Pero lo cierto es que década tras década, sobre todo en su última etapa política la provincia se limitó a administrar (por decirlo de alguna manera) el resultado de la coparticipación sin siquiera imaginar una política petrolera que incluya una participación activa, concreta y real en la industria.
Sobre lo que “no se hizo” podrían escribirse libros enteros que describieran “todo lo que no se debe hacer”; ya sea desde el gobierno provincial, pasando por la empresa YPF histórica, la privatizada (Repsol) y la renacionalizada YPF Estatal, y los gobiernos nacionales que, lejos de apoyar los desarrollos regionales sólo buscaron la “salvación” prometida en estos últimos tiempos por el mega yacimiento neuquino y el último descubrimiento “Off Shore” frente a las costas de la bonaerense Mar del Plata.

Nueva lógica

Ahora bien; Santa Cruz aún tiene petróleo, y mucho; pero para las compañías extranjeras que buscan los “mega dividendos” y hasta las últimas administraciones de YPF; descartan las operaciones por “poco rentables”. Por eso, la propuesta expresada en campaña por el actual Gobernador Claudio Vidal, propuso un quiebre en la lógica de la industria a nivel local (Argentina), y expresó una idea para nada irrazonable y sobre todo concreta: Santa Cruz puede entrar en la ecuación petrolera como un actor más.
“Reteniendo áreas maduras YPF sigue vaciando la operadora estatal y perjudicando las economías provinciales. La ecuación favorable siempre fue al revés”, sintetizó Vidal en su cuenta la red social X (ex Twitter).
El mensaje no es nuevo y no solo apuntó a la operadora estatal, ya que recientemente el gobernador se lo trasmitió al Presidente Javier Milei que tuvo una alentadora recepción a la idea.
La propuesta de Vidal la sintetizó en su posteó en X, cuando sentenció: “Es importante que se entreguen las áreas maduras a las Pymes locales, eso permitirá aumentar reservas y producción”.
El planteo es claro y sobre todo concreto; y definitivamente esta en dirección a comenzar a ser una provincia petrolera, superando una vieja etapa.

Revertir la situación

Conceptualmente un “yacimiento maduro” refiere a una reserva de hidrocarburos explotado desde larga data y con promedios de producción por debajo de los parámetros de los nuevos.
Son perforaciones que llevan décadas “ofreciendo” sus recursos, pero que requieran de tecnología e inversiones acordes a su situación para ser aprovechados al máximo.
Esto es lo que YPF no hace desde hace mucho tiempo en el norte de la provincia. Frente a esto, la nueva administración provincial propone tomar el control de esas áreas, “revivir” los pozos y revertir la tendencia declinante de los yacimientos.
En la reunión con Milei, el gobernador insistió en su determinación de recuperar parte de la producción hidrocarburífera que la provincia viene perdiendo en los últimos años, a causa de la desinversión planteada por la operadora y las “malas políticas de YPF en las gestiones anteriores”.
Según los datos que mostró Vidal, la producción cayó de unos u$s 600 millones en 2016 a menos de la mitad el pasado año 2022, donde registró inversiones por u$s253.709.000.
Los datos hablan por sí mismos y expresan una realidad preocupante: YPF, la operadora nacional “abandonó” a Santa Cruz.
Pero son tiempos nuevos, en momentos en que la Argentina intenta salir de la crisis y las provincias pugnan por sostener la financiación de sus Estados, la propuesta de Vidal no sólo se presenta como posible, sino que además anticipa un nuevo modelo de sostenimiento y desarrollo.
Nadie piensa que Santa Cruz será “Arabia Saudí” o “Houston, Texas”; pero claramente tendrá un recurso antes desaprovechado, con márgenes de ingresos propios razonables y sobre todo dará otra dinámica a las empresas locales modificando sin dudas la realidad económica y social de la provincia.